Hublot recuerda sus orígenes con una edición 40 aniversario de su clásico
Para entender algunos éxitos hay que situarse en el momento, en las circunstancias concretas. Hace cuatro décadas, llegaba al mercado un reloj que iba a convertirse en un auténtico fenómeno social en España. Entonces no había redes sociales ni un reloj parecido con el que compararse, pero rápidamente despertó pasiones y se convirtió en objeto de […]
Para entender algunos éxitos hay que situarse en el momento, en las circunstancias concretas. Hace cuatro décadas, llegaba al mercado un reloj que iba a convertirse en un auténtico fenómeno social en España. Entonces no había redes sociales ni un reloj parecido con el que compararse, pero rápidamente despertó pasiones y se convirtió en objeto de culto. Hablamos del Classic de Hublot, creado en 1980 por Carlo Crocco, fundador de la marca, con la idea de que fuera un reloj práctico, resistente y apto cualquier momento del día.
Pero sin duda, lo que llamaba más la atención era la compleja e inédita fusión de oro y caucho, dos materiales que en principio parecían representar contenidos opuestos. El éxito de la marca fue meteórico, llegó incluso a encandilar a miembros de la realeza europea, pero también lo lucían políticos, empresarios, actores… Pero sin duda, fue Mario Conde quien se convertió en improvisado embajador de la marca en nuestro país; Hublot era el símbolo del hombre elegante con éxito profesional.
Edición aniversario
Con motivo de estos 40 años de vida, la manufactura ha reinventado el 1980 Classic Original. Y lo hace con una creación que se mueve entre el pasado y el futuro, entre la tradición relojera y las innovaciones técnicas. Estamos ante una edición especial que ha sido planteada en versión mecánica y con un generoso formato de 45 milímetros de diámetro, una visión inédita del best-seller.
La tecnología, los materiales y los acabados habituales de la marca, además de modernos, multiplican este icono en tres modelos de coleccionista: oro amarillo, cerámica negra y titanio. La esfera negra lacada y pulida sigue manifestando su tradicional sobriedad, aderezada únicamente por las agujas facetadas y los logotipos H y Hublot aplicados. La caja incorpora los ya famosos y reconocibles tornillos, además de estar dotada de un fondo de cristal de zafiro. En el interior, el Calibre HUB1112, un movimiento de carga automática que late a una frecuencia de 28.800 alt/h y que cuenta con una autonomía de marcha de 42 horas.
Como no podía ser de otra forma, estas piezas se rematan en una correa de caucho muy fácil de ajustar a la muñeca, además de aportar comodidad, gracias al triple cierre desplegable. Cada reloj está limitado a un determinado número de piezas, circustancia que se indica en el fondo de su caja: 100 ejemplares para la versión en oro amarillo y 200 unidades para los acabados en cerámica negra y titanio.