Los mercados gourmet: ¿los nuevos museos del siglo XXI?
Un proceso similar parece haberse reproducido con los mercados ‘gourmet’ que han aparecido, sobre todo en las grandes capitales de provincia como las setas. ¿Cuántos mercados gourmet hay en España?Difícil contestar a esta pregunta, pero en Madrid capital y en la zona centro se han creado más de ocho mercados en los últimos seis años.Uno […]
Un proceso similar parece haberse reproducido con los mercados ‘gourmet’ que han aparecido, sobre todo en las grandes capitales de provincia como las setas.
¿Cuántos mercados gourmet hay en España?Difícil contestar a esta pregunta, pero en Madrid capital y en la zona centro se han creado más de ocho mercados en los últimos seis años.Uno de los primeros en ver la luz fue el mercado de San Miguel, que tras una remodelación de dos años reabrió sus puertas el 13 de mayo de 2009. Originalmente se inauguró, también, un 13 de mayo, pero de 1916, y antes de convertirse en un espacio gourmet era un mercado de barrio de frutas, verduras y productos frescos.En mayo de 2014 se inauguró el primer ‘street market’ de Madrid, en la calle Fuencarral: el mercado San Ildefonso, a imagen y semejanza de este tipo de espacios que también aparecían en Nueva York o Singapur. Construido en 3 pisos, 18 puestos y dos terrazas, era originalmente un mercado de abastos, que se adecuaba a los nuevos tiempos y las nuevas formas de consumos. Perfecto para celebrar un afterwork por su ubicación. o el mercado de San Fernando (sigue siendo un mercado de barrio)El mercado de San Antón, se ha convertido en el centro neurálgico de Chueca, sobre todo los domingos. Además de tener una terraza y barras para pedir un montón de tipos de cocinas, se puede seguir haciendo la compra gracias a sus 26 puestos. Sus inicios se remontan al siglo XIX en el que era un mercado callejero.Platea, es el mercado con más encanto y pensado para grandes celebraciones, no solo para comer o tomar algo un sábado o domingo por la mañana. Surgió para cubrir una demanda en una de las zonas de compras de Madrid, la archiconocida, “Milla de oro” que contaba con pocos espacios de restauración. El edificio que aloja el mercado es diferente a otros de los que pueden verse en Madrid: el cine Carlos III, también es el más grande pues concentra 6.000 metros cuadrados con dos plantas, tres plateas y una zona de repostería, en la que se ha ubicado la pastelería Mama Fambroise. Y se puede terminar la noche en El Palco.La Chispería de Chamberí. Fusiona el mercado tradicional con seis espacios ‘foodie’, todo ello remozado y con el sabor tradicional del mercado de toda la vida, de hecho, desde 1943.Menos conocido, pero súper castizo es el mercado de Antón Martín, que este año celebra su 75 aniversario y que se ubica junto a los cine Doré, la sala de proyecciones de la Filmoteca Nacional. Puestos de ceviche, de carne como Buns & Bones.El mercado de Barceló es el último en la capital, y en realidad se ha levantado desde la demolició del antiguo mercado en 2014 en un Centro Polivalente. En este caso ha sico su gran "drama", pues ahora el centro compuesto de una biblioteca, polideportivo y mercado que suelen estar vacíos. El edificio de Enrique Sobejano y Fuensanta Nieto ha ahuyentado a la clientela tradicional del mercado, que ahora no acaba de tener claro dónde hacer la compra, y, a pesar de ser una zona de bares y copas en Madrid, los nuevos puestos no acaban de despegar y aunque son muchos los que lo intentan son pocos los que se quedan. BARCELONAEn Barcelona uno de los últimos, e inspirado en el mercado de San Miguel es el Nacional, donde es complicado conseguir sitio por la noche sin reserva, por el día, dependiendo de la hora existen más posibilidades. Atravesar su entrada es adentrarse en la Barcelona de 1930 y 1940. Sus barras se organizan por bebidas desde la vermutería a los vinos, el cava y el champagne. El mercado más grande de España, al ocupar una manzana completa de El Exaimple.El popular mercado de La Boquería, es en realidad, el mercado de San José o Mercat de San Josep, cuyos registros se remontan a 1217, cuando en el mismo local se colocaban los puestos de una carne de cabra que recibía el nombre de ‘boc’ de ahí el nombre del mercado. Desde entonces sus nombre se fueron sucediendo, y en el siglo XV se denominada Mercado Bornet, después Mercado de la Palla, o mercado de la Plaza Nova.En 1835 el mercado modificó su ubicación por la que tiene en la actualidad, cerca de los árboles frutales del convento de Sant Josep. No empezó a cubrirse hasta 1840, obra que no se concluyó hasta 1853. La última apertura en cuanto a concetos de mercado en Barcelona, es el llamado ópera Samfaina. ¿FUERA DE MADRID O BARCELONA?Aunque pensamos que el fenómeno de los mercados gourmet es algo propio de Madrid o Barcelona no es así y se han convertido en lugares de encuentro en ciudades como Córdoba, Valencia.Existen excepciones como San Sebastián que gracias a su gran variedad de bares de pintxos y restaurantes de estrella Michelin no ha necesitado crear un mercado gourmet, aunque la ciudad vivió en 2003 la reforma, o mejor dicho, la demolición del antiguo mercado de San Martín, cuya nave inicial se construyó en 1884 y respondía a una silueta de mercado del XIX. La decisión de la alcaldía fue derruir el edificio y crear en el solar un nuevo edificio en el que además de ubicar en el sótano puestos de productos frescos en donde hay puestos de frutas, carnes y fiambres, y dedicar el piso noble a las tiendas del gigante Inditex.Otros son la Estación Gourmet de Valladolid, Mercado del Puerto en Las Palmas de Gran Canarias, el mercado de la Merced en Málaga, la Lonja en Sevilla, San Agustín en Toledo o el Mercado Central, el Mercado de la Victoria en Córdoba.Los mercados gourmet cuentan con sus defensores y con sus detractores, como los vecinos del centro de Madrid que han dejado de acudir a hacer la compra al mercado de San Miguel, como nos cuenta María "antes de la remodelación era nuestro lugar de encuentro en el barrio, ahora es un sitio excusivo para turistas, hay tanta gente que no se puede ir", mientras que Carlos que vive muy cerca de Platea, nos dice "vengo muchos sábados a desayunar, es la forma que tengo de recordar que es fin de semana".Moda a o no ¿quién no ha ido una mañana de domingo a tomar un vermut o una noche de sábado a tomar algo con sus amigos a un mercado?