Cinco trucos para iniciarte en el running de una vez por todas
Lo cierto es que salir a correr es una de las mejores formas de cuidarte y de hacer deporte. Otra de las ventajas que tiene es el bajo coste que supone: ninguno. Se acabó eso de pagar mensualmente un gimnasio, para qué si puedes salir a correr. Sin embargo, no es una tarea nada fácil […]
Lo cierto es que salir a correr es una de las mejores formas de cuidarte y de hacer deporte. Otra de las ventajas que tiene es el bajo coste que supone: ninguno. Se acabó eso de pagar mensualmente un gimnasio, para qué si puedes salir a correr.
Sin embargo, no es una tarea nada fácil y aquellos que lo han probado pueden corroborar estas palabras: no todo el mundo sabe correr. Por eso en Marabilias hemos querido recopilar los mejores trucos para aprender, despacito, bien y para siempre.
¡Cabeza alta!
Para saber quién es un buen y un mal corredor, no tienes más que sentarte en el típico parque plagado de runners y observarlos al correr. Los hay que corren con los pies hacia dentro, cabizbajos, encorvados, arrastrando los pies. Y luego está ese otro gremio al que parece que le resulta súper fácil correr: llevan la cabeza alta, el pecho erguido, el troco recto. A estos últimos tienes que parecerte, aunque te acabes de iniciar en el running.
- Truco: piensa que llevas una cuerda atada a las caderas de la que no puedes soltarte y que hay una fuerza que va tirando de ti hacia delante, hacia delante, siempre hacia delante. Así conseguirás mantener caderas y hombros a la misma altura y, en consecuencia, la cabeza recta y la mirada en el horizonte en lugar de en tus pies.
Respiración de crucero
Una regla aún más básica que la anterior es saber respirar. Sí, sí, saber respirar. Pensarás que respirar sabe todo el mundo y que es algo que nuestro cuerpo hace de forma inconsciente, pero no. Hay que enseñarle a respirar mientras corremos, porque si no, la respiración no irá al compás de nuestro ritmo de ejercicio y lo único que estaremos haciendo será provocar un flato tan doloroso que nos impedirá correr.
- Truco: una vez hayas descubierto tu ritmo (ese es otro cantar: no empieces muy fuerte para ir aflojando luego, sino mantén una velocidad estándar todo el tiempo), esfuérzate por encontrar una canción que te guste y cuyo ritmo sea igual al tuyo. Así podrás ponértela en los cascos y seguir siempre tu velocidad de crucero.
La importancia de las zapatillas
Las zapatillas son para el runner como la caña para el pescador, como el balón para el futbolista, como la cámara para el fotógrafo. ¿Dónde va un runner sin unas buenas zapatillas? A sufrir y a hacerse polvo los pies, sin duda. Ten en cuenta que, al correr, nuestras articulaciones reciben grandes impactos. Por esa razón, es preferible que las zapatillas de running tengan cámaras de aire y que te inicies por caminos de tierra, ya que en el asfalto el golpe es más duro.
- Truco: elígelas con ayuda de un profesional que te oriente en la tienda de deportes a la que vayas y, sobre todo, no te las compres muy justas. Además, acompáñalas siempre de unos calcetines sin costuras para evitar que te rocen.
Saber estirar
Hay dos errores básicos que cometemos mucho cuando nos estamos iniciando en el running: no estirar y estirar mal. Lo primero que tienes que saber es que los músculos también se estiran en frío, antes de empezar. Sí, derribemos el mito de que no se estira en frío. Ahora, eso sí, unos movimientos circulares de hombros y unas cuantas sentadillas no te vendrán mal antes de estirar.
- Truco: no te fuerces, los estiramientos tienen que ser leves, sin doblarte como un contorsionista. Estira de forma descendente, es decir, empezando por el cuello y acabando por los pies. Dedicar 15 minutos a los estiramientos después de correr te hará liberar tensiones y relajarte, para que puedas llegar a casa como nuevo.
No huir de las agujetas
Otro error básico en el que todos hemos caído alguna vez es no volver a hacer ejercicio hasta que no se nos pasen las agujetas de la última vez. En realidad, las agujetas son microlesiones musculares que producen irritación de las fibras nerviosas e incluso un poco de inflamación. ¡Pero no huyas de ellas y grábate bien esta frase: son una respuesta normal a un esfuerzo inusual. Así es: las agujetas se producen porque tu cuerpo no está acostumbrado a esa intensidad de ejercicio, pero tampoco la disminuyas: sigue practicándola, aún con agujetas, para que se acostumbre cuanto antes.
- Truco: unos buenos estiramientos y una progresión lenta en la cantidad de ejercicio que le suministras al cuerpo son las claves para iniciarte en el deporte sin que te salgan agujetas. Aunque bueno, los más quejicas siempre pueden tomarse una aspirina o un ibuprofeno.
Habrá muchos sabios que te hablan de cómo debes correr, cuándo, por qué. Pero nosotros te recomendamos que seas tú el que encuentre tus propias respuestas. Eso sí, la mejor forma de hacer ejercicio es quedarte siempre con ganas de más. Si al acabar tu sesión de running sientes que podrías seguir corriendo y que no estás cansado, sino mejor que cuando empezaste, te felicitamos: tu cuerpo está liberando las beneficiosas endorfinas que produce el deporte.