La mítica ruta 66 ¡ahora suena!
La ocurrencia no solo intenta disuadir a los conductores de que pisen el acelerador, sino que los motoristas hagan lo mismo y no se queden dormidos mientras conducen. Demasiadas pelis a lo Easy Rider han hecho de esta ruta un imprescindible en el inconsciente colectivo de los americanos cuando se plantean una experiencia de libertad. […]
La ocurrencia no solo intenta disuadir a los conductores de que pisen el acelerador, sino que los motoristas hagan lo mismo y no se queden dormidos mientras conducen. Demasiadas pelis a lo Easy Rider han hecho de esta ruta un imprescindible en el inconsciente colectivo de los americanos cuando se plantean una experiencia de libertad. Se suben a la Harley, contactan con sus colegas y en grupo... ¡hale! por la ruta 66. La secretaria de Turismo de Nuevo México, Monique Jacobson, afirma que es una manera creativa y muy divertida de alertar a los motoristas para que desaceleren y observen lo bonito que es este estado.
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Todo depende de tu buena voluntad o de tu curiosidad: ¿que quieres oír la música? Pues desaceleras y disfrutas del tema. ¿Que pasas olímpicamente del asunto? Pues pisas el acelerador, no escuchas el tema y te preparas para que el sheriff del condado te asalte en la primera curva, detrás de unos árboles en los que, parapetado, esperaba tu aparición… ¿O qué esperabas?
Controlar a las masas
Los impulsores de la iniciativa pretenden cambiar el comportamiento de los conductores mediante esta simpática acción. Lo llaman “Crowd Control” (Control de las masas) y va más allá de esta simple iniciativa. Se trata de una cadena de experimentos que pretenden modificar comportamientos e investigar por qué o por qué no hacemos las cosas, qué es lo que nos motiva.
En España se nos iría de las manos y los conductores acabarían bailando y haciendo botellón a la vez.
Me imagino lo mismo aquí, en España, pero con el Viva España de Manolo Escobar: los carteles dirían algo como “Si quiere usted escuchar Viva España, vaya despacito y no rebase los 90 kilómetros por hora” Así, además de persuadir mediante armas blandas, elevamos el espíritu nacional, que últimamente está a la baja. Podría personalizarse en cada autonomía. Por ejemplo, en Galicia puede sonar Siniestro total con su Miña terra galega; en Asturias, los de Zapato Veloz con Tengo un tractor amarillo; en Cataluña, Joan Manuel Serrat con Hoy puede ser un gran día... y así vamos minando también la moral de los conductores que decidan someterse al imperio de la ley vial. Seguramente se nos iría de las manos y los conductores acabarían bailando y haciendo botellón a la vez que les entra el subidón, ora con Manolo Escobar, ora con Joan Manuel.
Lo que me parece a mí es que se han confundido de tema. Hubiera sido mucho más inspirador poner en las bandas del asfalto el himno americano que todos los hippies, sean neo o vintage, llevan en el alma americana: Hotel California de Eagles. Claro que a lo peor el experimento en lugar de dar buen rollito happy, terminaba como en Abierto hasta el Amancer... y eso no mola nada. El Hotel California estaba en Nuevo México y la letra de la canción terminaba con un rotundo: “You can check it any time of year, but you can’t even leave...” (“Puedes llegar en cualquier fecha del año, pero nunca podrás salir de aquí”).