Alain Delon: un funeral planeado por él mismo y una herencia mal repartida
La despedida del actor francés ha sido un tanto agridulce para sus tres hijos, que no ven justa la repartición de la herencia
Hace apenas una semana que falleció una de las mayores estrellas del cine francés. El mundo despedía a Alain Delon entre aplausos nostálgicos, recordando la extensa herencia cinematográfica que dejó. Mientras tanto, sus tres hijos abrían el testamento para encontrarse que la mitad del patrimonio sería para su hija Anouchka, mientras que su primogénito y el más pequeño, Anthony y Alain-Fabien, tendrían que repartirse la otra mitad.
Según el periódico The Times, el actor contaba con 245 millones de euros repartidos entre sus propiedades, obras de arte y el dinero que había ganado de las películas y de la empresa de distribución de lujo que poseía desde 1971. Lo dejó todo atado. Incluso su entierro, que, según confesó en el funeral de su amigo Jean Paul Belmondo en 2018, ya tenía "preparado".
Un funeral pequeño
El enterramiento se celebró de forma íntima este sábado, con unos cincuenta asistentes entre los que se encontraban sus tres vástagos. La única condición que pidió que se cumpliera era que se le enterrase junto a sus 35 perros. Así se hizo, aunque se ignoró otra petición un tanto peculiar: que enterrasen también a su último can, Loubo, aún vivo. Gracias a su amiga Brigitte Bardot eso no se ha cumplido.
Brigitte Bardot & Alain Delon photographed by Jean-Pierre Bonnotte in Saint Tropez, 1968. pic.twitter.com/tHu1NDXw7c
— DepressedBergman (@DannyDrinksWine) August 23, 2024
En sus últimos años de vida organizó una subasta de su colección de arte entre la que había obras de artistas de la talla de Delacroix o Degas. Además, vendió sus coches y vinos valiosos, declarando: "prefiero dejar dinero a mis hijos". Entre el patrimonio actual, por tanto, se mantiene el Château de la Bûlerie, su casa de Douchy en la región de Loira, con un terreno de más de 120 hectáreas; y su tríplex con vistas a la Torre Eiffel.
La despedida en la casa de su vida
Aunque no se permitía siquiera sobrevolar la propiedad durante la ceremonia, cientos de personas se amontonaron frente a las puertas del castillo para darle un último adiós, dejando ramos de flores, fotografías y pancartas en su honor. Allí yacerá siempre, en la tierra que ha sentido tan suya y que se lo ha dado todo.
Fue en esa casa tan querida donde se celebró el funeral, en la capilla que mandó construir hace unos años justo para cuando llegara esta ocasión. Se refería a ella como "la casa de mi vida" y aseguraba que allí era donde quería vivir sus últimos días, "donde quiero morir". A esto añadió: "¿quieres que vaya al cementerio de Montmartre? No, no hay nada más bonito que esto".