El castillo de 600 años en el corazón de la Toscana que puede ser suyo

El castillo de 600 años en el corazón de la Toscana que puede ser suyo

Solo Filippo Brunelleschi podría hacer algo así en aquellos años. El creador de la cúpula de Santa María del Fiore –el Duomo de Florencia–, el mejor arquitecto de la época –nació en 1377 y murió en 1446–, ideó este castillo situado en el corazón de la Toscana italiana, aupado en una colina a apenas 45 […]

Solo Filippo Brunelleschi podría hacer algo así en aquellos años. El creador de la cúpula de Santa María del Fiore –el Duomo de Florencia–, el mejor arquitecto de la época –nació en 1377 y murió en 1446–, ideó este castillo situado en el corazón de la Toscana italiana, aupado en una colina a apenas 45 kilometros de Florencia, 50 de Siena y 80 de Pisa o Bolonia, rodeado de tierras agrícolas y bosque, que sale ahora a la venta. 600 años de historia para los que no hay precio fijo. “Una de las más prestigiosas propiedades nunca puestas en el mercado”, según Dimitri Corti, presidente de Lionard Luxury Real Estate, la agencia especializada en villas de lujo italianas que lo publicita y que remite a una “negociación privada” el precio final. Considerado uno de los más bellos castillos de su zona, su historia habla de majestuosidad y poder como hospedaje de reyes y papas –en el gran salón un epígrafe recuerda la estancia del Papa Paolo III Franese en 1541– o como escenario de eventos en suntuosos salones con frescos que aún se conservan, la galería, el espléndido jardín, el patio exterior o el gran patio interior de estilo renacentista con grafito y yeso. Protegido por fosos, murallas y torres, con motivos arquitectónicos prácticamente intactos –las almenas, las cuatro torres en las esquinas, la Torre del Reloj, la galería con cuatro arcos y un antiguo pozo para la recogida de agua o la capilla privada–, el castillo cuenta también con una pasarela que recorre todo el perímetro de las altas murallas y desde la que se domina todo el valle. La superficie del castillo es de 2.930 metros cuadrados, en realidad una mínima parte de la propiedad en venta. Porque el conjunto se compone de 1.200 hectáreas de tierras de bosque y agrícola, con coto de caza, viñedos (26 hectáreas) y olivos (otras 14) enmarcados en una eficiente finca capaz de producir aceite extra virgen y vinos de prestigio en sus históricas bodegas; un burgo con una villa del siglo XVIII y un total de 25 casas coloniales que suman 35.000 m2 de superficie interior. La confirmación de que el castillo fue diseñado por Brunelleschi es fruto de la investigación del profesor Massimo Ricci, uno de los mayores expertos del mundo en la obra de este maestro florentino que, además de la cúpula de la catedral de Florencia, tiene entre otras obras destacadas una buena parte de los monumentos que han convertido a esta ciudad en la cuna del Renacimiento, como el Hospital de los Inocentes o la Basílica de San Lorenzo, además de esculturas y obras de orfebrería. Los datos recabados indican que fue él quien diseñó este castillo, cuando los señores de la época fortificaban sus moradas con imponentes torres, almenas y muros para defenderse de los ataques de los enemigos y él aparecía entonces como único experto en activo en edificios militares. Propiedad de la familia florentina de los Pucci, su estructura es de hecho similar a la famosa Villa La Petraia, ya entonces una realidad y que perteneció a la familia del arquitecto. El castillo, y este es otro de los datos que refuerzan la autoría de Brunelleschi, está construido en ladrillo, material más ligero que él mismo utilizó como sustituto de la pesada piedra en la época en que emprendió la construcción de la cúpula del Duomo florentino. La maestría en su ejecución, especialmente evidente en elementos como portales, ventanas o capitales, es de tal calibre que solo puede ser obra de Brunelleschi: a principios de 1400, con él todavía vivo, cualquier copia parece descartada. La prueba definitiva, según el académico, es un extraño pasadizo construido mediante un ingenioso sistema de sujeción que solo alguien con los conocimientos matemáticos de Brunelleschi –demostrados sobradamente en la famosa cúpula del Duomo, que consta en realidad de una sofisticada bóveda interna oculta al visitante y que aguanta la mayor parte del peso de la construcción– podría ejecutar. Que uno de los Pucci fuera el proveedor de parte del material utilizado en esta cúpula confirma, además, los contactos entre ambos apellidos.

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