El consumo global de vino blanco crece y transforma regiones vitivinícolas tradicionales
El vino blanco representa ya más del 40% del consumo mundial, impulsado por su frescura, menor graduación y adaptabilidad gastronómica. Rioja renace como una zona clave en esta nueva tendencia.
Durante décadas, el vino blanco ocupó un lugar secundario en el mundo del vino, a menudo percibido como una opción ligera frente a los tintos. Sin embargo, en los últimos años, esta percepción ha cambiado radicalmente. El consumo de vino blanco ha crecido de forma constante en todo el mundo, impulsado por su frescura, menor graduación alcohólica, mayor versatilidad gastronómica y una nueva generación de consumidores que busca vinos más expresivos y contemporáneos.
Según datos recientes de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), el consumo global de blancos ha aumentado más de un 10 % desde el año 2000, y actualmente representa más del 40 % del total, superando incluso al tinto en algunas regiones. Lo que comenzó como una alternativa se ha consolidado como una categoría con identidad propia y gran proyección.

Este fenómeno también ha impulsado cambios significativos en regiones históricas como Rioja. Aunque las variedades blancas tuvieron un peso importante en la denominación hasta los años 70, su presencia disminuyó con el auge del Tempranillo y los vinos de guarda. Hoy, sin embargo, la recuperación de variedades tradicionales, la incorporación de otras nuevas y la clasificación por zonas, pueblos o viñedos, han dado lugar a una nueva etapa para los blancos riojanos.
Bodegas como Viñedos El Pacto y Hacienda López de Haro están al frente de esta renovación, apostando por vinos que combinan precisión, libertad creativa y un fuerte vínculo con el origen. Tres ejemplos recientes ilustran esta diversidad:

El Pacto del Alto Najerilla 2023 es un blanco de zona elaborado con viñas viejas de Cárdenas y Nájera, criado en roble sobre lías. Con notas de heno, cítricos y bollería fina, ofrece una acidez vibrante ideal para pescados grasos, arroces o cocina asiática. PVP: 18,95 €.
Hacienda López de Haro Blanco de Badarán 2023, por su parte, representa la frescura de la altitud y la riqueza del viñedo viejo en un perfil aromático y equilibrado. Mezcla de variedades tradicionales y otras como Chardonnay o Tempranillo Blanco, combina bien con platos mediterráneos, pulpo o pasta con mariscos. PVP: 9,95 €.

Hacienda López de Haro Reserva Blanco 2018 es una reinterpretación del clasicismo riojano. Tras 18 meses en barrica y más de tres años en botella, muestra complejidad y elegancia, con aromas de flores secas, vainilla y miel. En boca es salino, persistente y armonioso. Ideal para carnes suaves o pescados al horno. PVP: 9,95 €.
Tres estilos, tres enfoques, y una misma conclusión: el vino blanco ya no es una categoría secundaria. Hoy, refleja la vitalidad, diversidad e innovación del presente del vino. Todos los vinos mencionados están disponibles en devinosconvintae.com.