Cartier reinventa el Tank Louis Cartier con un nuevo calibre automático
Cartier presenta una nueva interpretación de su Tank Louis Cartier con la presencia del calibre automático 1899 MC y un mayor tamaño.
El tiempo ha convertido el diseño del Tank –ese inspirado en un tanque militar visto desde arriba– en uno de los elementos definitorios del estilo Cartier. Porque aquella idea inicial del creador incluía ya detalles avanzados como la integración entre caja y brazalete, con unas asas que facilitaban la transición entre uno y otro elemento sin interrupciones. Y por supuesto, es un paso más en ese objetivo, planteado por Louis Cartier desde los albores del siglo XX, de buscar una forma que introduzca el círculo de las horas en la línea del brazalete.

El Tank se convirtió de este modo en uno de los mejores ejemplos de reloj que se anticipó a conceptos mucho más contemporáneos, al tiempo que avanzaba el estilo Cartier. Era el año 1917, y entonces tampoco se podía adivinar no solo su longevidad, sino también su capacidad para reinventarse. Una de sus propuestas evolucionadas fue precisamente el Tank Louis Cartier, cuya primera aparición en escena se produce en 1922. Heredero del Tank original, también conocido como Tank Normale, Louis Cartier reinterpretó su forma solo cinco años después de su nacimiento.
El resultado es que su caja se alarga, las angarillas se estilizan y los ángulos se suavizan… o lo que es lo mismo, se impone una estética de forma rectangular. Como bien explica Pierre Rainero, director de Imagen, Estilo y Patrimonio de la maison, «en 1917, Louis Cartier diseñó el primer reloj Tank con un rigor geométrico muy inusual para su época. Cinco años más tarde, nació el Tank Louis Cartier, con una esfera más alargada y rectangular y unas angarillas con los extremos redondeados. Gracias a su elegancia y diseño depurado –añade–, el Tank Louis Cartier ha llegado a nuestros días con gran naturalidad, propia de un icono atemporal”.

Y estas nuevas piezas que ahora presenta Cartier son un fiel testimonio de todo ello; de que su potencial creativo parece inagotable y de que, además, subsiste un principio de elegancia que siempre hace acto de presencia. Son esos detalles que nunca han perdido vigencia en la creación en los que se basa Cartier para ofrecer una versión de tamaño grande equipada con un movimiento mecánico manufactura de carga automática de nueva generación. Integrado con las líneas y las proporciones del Tank, el movimiento 1899 MC permite aumentar el tamaño del Tank Louis Cartier, que se encuentra disponible en caja de oro rosa o amarillo.
Este clásico de la maison, de estilo inimitable y uno de los preferidos de los aficionados, conserva todas las señas de identidad de la colección: desde la minutería ferrocarril a los números romanos; desde las angarillas paralelas a las agujas de acero azulado en forma de espada, y esa corona de cuerda perlada engastada, según los modelos, con un zafiro o un rubí cabujón o incluso un diamante con pabellón invertido.

Volviendo a la historia del reloj Tank, hay que decir que, aunque su desarrollo fue datado en 1917, hubo que esperar hasta 1919 para que se comercializara de forma efectiva. Entre el 15 de noviembre y el 26 de diciembre de 1919, seis unidades entraron a formar parte del inventario y, el 17 de enero del año siguiente, ya no quedaba ninguna. Un éxito que ha seguido a lo largo de su historia, en sus distintas evoluciones que no son otra cosa que el continuo ejercicio de la marca en materia de estilo. Ahí están la llegada primero del Tank Cintrée, al que seguirían el Tank Chinoise, el Tank Asymétrique, el Tank Américaine, el Tank Française; y, más recientemente, el reloj Tank Must, que tiene su versión fotovoltaica, con el movimiento SolarBeatTM.