Hamilton: la historia que redefine la relojería
A la calidad y la innovación se le suma el relato coherente que haga atractivo al producto, deseable. Es la realidad que impulsa Hamilton como marca.
Detrás de cada producto, una historia. Algo tan sencillo de pensar, pero no tan fácil de hacer realidad. No es el caso de Hamilton que, como dice su CEO, Vivian Stauffer, “está disfrutando de un gran momento. Y el punto de partida hay que situarlo en que, para la creación de un producto, siempre nos preguntamos qué historia queremos contar. Y ese es el atractivo de la marca, porque la gente necesita tener historias, especialmente en la industria de la relojería, que se maneja por emociones. No olvidemos que no necesitamos el tiempo; no necesitamos el reloj, por eso es tan importante contar la historia y esa es la inspiración para Hamilton”.
Sin olvidar, por supuesto, otro mandato que está inherente en la historia de la marca: la innovación. Aunque no es menos cierto que Stauffer analiza este concepto con una cierta sensación de que “a veces exageramos un poco este concepto en la industria de la relojería. No precisamente nosotros, pero también. Porque al final estamos hablando de un objeto en el que sí, efectivamente, estamos innovando; estamos mejorando lo que hacemos y estamos viviendo una gran evolución a todos los niveles… Pero para mí –añade–, donde Hamilton es innovador es en encontrar una manera diferente de comunicar y de expresar el espíritu de la marca”. Un hecho que indudablemente se va a ir comprobando “a través de diferentes canales. Este año, por ejemplo, hemos lanzado un gran proyecto con los videojuegos, con Death Stranding, de Hideo Kojima. Es algo que no creo que nadie más lo haya hecho, incluso fuera de la relojería. Así que es algo bastante innovador.. Es un poco como agitar el árbol. Creo que necesitamos ser un poco más activos”.
Y todo ello sin perder de vista la próxima generación de clientes. “Todo CEO desearía tener una bola de cristal para saber qué pedirán las personas dentro de 10 años. Hace 10 años, todos teníamos miedo de los relojes inteligentes. ¿Recuerdas? Todos tenían miedo. Pero los relojes inteligentes llegaron…, y la industria relojera suiza tuvo un año récord en 2023. Simplemente, no es un reloj; es otra cosa. Así que no sé qué querrá el cliente mañana, pero seguro que estará dispuesto a tener nuestros productos si somos capaces de expresar una emoción con lo que estamos haciendo. Al mismo tiempo, no creo que debamos esperar a que el cliente nos compre, tenemos que atraerlo hacia nosotros aunque no necesiten el reloj, que no hay que olvidar que es algo que expresa tu carácter. Estoy muy confiado con el cliente del mañana, porque hay una nueva generación que está un poco más conectada con la realidad, y quiere cosas algo un poco más tradicionales”.
Por supuesto, también mira por la calidad, una cualidad que Hamilton jamás descuida: “Hacemos siempre el esfuerzo por ofrecer un producto de calidad. Hamilton tiene un estándar muy alto y de forma especial se manifiesta si se compara con el precio. Aunque no soy partidario de decir que es un buen precio para un producto de calidad, sí puedo afirmar que estamos haciendo todo lo necesario para poner en el mercado una muy buena calidad y tener el precio correcto. Y esto es algo que no puedes expresar todo en las redes sociales, pero hoy en día la gente también mira otras plataformas. Tienes más y más blogs específicos de relojes o sitios web de relojes donde puedes encontrar mucha información sobre la calidad. El feedback lo tienes de todos modos”.
Porque no es menos cierto que el mercado de la relojería está cambiando y cada vez hay más competencia, algo que para Vivian Stauffer es bueno. “La competencia es un desafío, atrae inversión… Y no te duermes, porque estás siempre en tensión. Pero ahora existen menos marcas en nuestro segmento de precios fuera de lo que es el grupo Swatch. Hay algunas marcas japonesas, marcas estadounidenses que, en mi opinión, ofrecen buenos productos y marcas del Reino Unido, como Bremont, pero también hay muchas marcas alemanas –MeisterSinger, Hanhart o Sinn– que, aunque numerosas, no tienen la misma presencia internacional que Hamilton. Y hago una salvedad: Seiko y Citizen, que tienen una distribución mundial”.