Relojes Tressage de Cartier.

Tressage, la apuesta más artística y sensorial de Cartier

Tressage es un reloj tan inspirador como espectacular en su concepción. Un ejercicio donde los valores joyeros de la maison Cartier sacan a relucir sus mejores argumentos... y también su particular belleza.

Libertad creativa, sin códigos establecidos, donde las texturas y los colores marcan un estilo que emociona. Cartier transforma los materiales y las formas para descubrir una belleza inesperada a través del reloj Tressage, donde el oro, los diamantes y las piedras preciosas se metamorfosean según la alquimia de la maison. Creativo y exquisito, el Tressage sigue los pasos de los relojes Maillon, Coussin y Reflection de Cartier. Oro amarillo, volúmenes singulares y contrastes de materiales aparecen combinados para ofrecer una escultura relojera.

Relojes Tressage de Cartier.
Izquierda: oro amarillo. Presente tanto en la caja como en la hebilla de la correa. Esfera de laca negra y correa de piel brillante negra –se ofrece con una segunda correa de piel lisa negra–. Todas estas creaciones incorporan un movimiento de cuarzo y tienen unas dimensiones de 56,2 mm x 25,7 mm. Son herméticas a 30 metros. Derecha: oro amarillo y blanco. Caja y hebilla semiengastadas con 466 diamantes talla brillante (6,3 quilates). La esfera de oro blanco está engastada con 156 diamantes talla brillante (0,6 quilates). Con correa de piel beis y segunda correa de piel lisa negra.

Dos elementos entrelazados de oro y diamantes rodean una esfera rectangular con diamantes en engaste nieve. Por un lado, las líneas generosas del oro amarillo que alternan con los diamantes engastados; por otro, las líneas radicales y limpias de las angarillas verticales. La correa de piel brillante prolonga el efecto del material.

Relojes Tressage de Cartier.
Izquierda: diamantes y zafiros. En oro blanco, la caja y la hebilla están engastadas con 570 diamantes talla brillante (5,7 quilates) y 330 zafiros (5,9 quilates). Así mismo, la esfera de oro blanco luce 156 diamantes talla brillante (0,6 quilates). Se presenta con una correa de piel brillante azul marino y una segunda correa de piel lisa azul marino. Derecha: el poder del diamante. En esta pieza, el oro blanco es el gran protagonista. La caja y la hebilla han sido engastadas con 916 diamantes talla brillante (12,2 quilates). Mientras, la esfera de oro blanco luce un engaste de 156 diamantes talla brillante (0,6 quilates). Se completa con una correa de piel lisa azul marino y una segunda correa de piel brillante negra.

Los relojeros han decidido ir todavía más lejos para celebrar la belleza y la opulencia de las piedras. En una primera versión, equipada con un brazalete azul oscuro, los elementos entrelazados y la esfera están decorados con diamantes en engaste nieve. Una segunda versión introduce, junto a los diamantes, un camafeo de zafiros cuya armonía se extiende al brazalete. Cartier rinde de este modo homenaje al legado de Jeanne Toussaint, la primera mujer directora creativa de Cartier en 1933.

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