Paco Montalvo, el triunfo de la fusión imposible

Paco Montalvo, el triunfo de la fusión imposible

No sería difícil llenar estas líneas de tópicos grandilocuentes, y todos ciertos, sobre Paco Montalvo: violinista virtuoso, por ejemplo; niño prodigio posiblemente también; talento innato por supuesto. Pero lo que hace diferente a este cordobés de 31 años es su maestría, y también audacia no exenta de riesgo, para construir una música propia ensamblando los […]

No sería difícil llenar estas líneas de tópicos grandilocuentes, y todos ciertos, sobre Paco Montalvo: violinista virtuoso, por ejemplo; niño prodigio posiblemente también; talento innato por supuesto. Pero lo que hace diferente a este cordobés de 31 años es su maestría, y también audacia no exenta de riesgo, para construir una música propia ensamblando los dos estilos que le han acompañado desde pequeño: el flamenco, que escuchaba con su abuela y veía bailar a su tía, y la música clásica, que disfrutaba asistiendo con su padre, profesor de conservartorio, a conciertos por toda Europa. Así que la definición más apropiada para Montalvo, y no es un tópico, sino producto de una innovación sin comparaciones posibles, es la de violinista flamenco. 

¿Qué significa eso? Que Paco Montalvo se presenta en los escenarios –y en los estudios de grabación– liderando con su violín un completo cuadro flamenco para interpretar temas como Entre dos aguas, de Paco de Lucía, o el Volando voy de Camarón, pero también el Corazón partío de Alejandro Sanz; My way, de Frank Sinatra, o el universal  Bésame mucho. Sobre esa repertorio repleto de obras populares flamencas pero no solo y también de temas propios ha construido Grandes clásicos 2.0, la gira que comenzó en enero en Milán y que, recorriendo media España, le traerá al Teatro Real de Madrid el próximo 22 de abril, y en la que  no se olvida, tampoco, de la música clásica que forjó su formación y que es, al fin y al cabo, la que le ha llevado hasta aquí. 

Porque Paco Montalvo comenzó su carrera, como él dice, vestido de esmoquin, como concertista, solista, de música clásica. Con apenas nueve años, daba conciertos, sobre todo fuera de España, acompañado de grandes orquestas, como la Sinfónica de New England, con la que interpretó a Paganini en Tel Aviv (Israel) en una actuación que llamó la atención en Nueva York y que le llevó, con solo 18 años, a convertirse en el violinista más joven del siglo XXI en subir al escenario del emblemático Carnegie Hall. “Un sueño cumplido”, dice, que le sirve para establecer un cierto paralelismo: aquello fue la culminación de un periodo de concertista como lo será ahora el Teatro Real, “quizás el mejor teatro de España”, a un periodo de extensión similar en esta nueva faceta de violinista flamenco.

Admite Paco Montalvo que ambas disciplinas, el flamenco y la música clásica, son dadas a los purismos, pero asegura que ni de uno ni de otro campo ha recibido críticas, todo lo contrario. “Yo estoy haciendo una innovación y encima –bromea– estoy robando a los dos mundos. Pero de momento  grandes familiares flamencas me han apoyado, y desde la clásica, igual. Tengo esa suerte”. 

De que la propuesta ha conquistado al público, no hay dudas; en todo el mundo, además. Paco Montalvo, que antes de estrenar Grandes Clásicos 2.0 giró con Alma del violín flamenco –que da nombre a su primer disco, al que siguieron Corazón flamenco y Leyenda–, ha triunfado con su violín flamenco en los lugares más dispares, desde el anfiteatro romano de Arlés, en Francia, o la ciudad mexicana de Monterrey –donde reunió, en ambos casos, a más de 15.000 personas–, hasta Mozambique . “En España noto el calor del público desde que salgo al escenario, pero fuera es igual. El hecho de que la música sea de fácil acceso hace mucho”, añade. Y a ello contribuye, sin duda, una cualidad que destaca del violín y que lo hace tan versátil: “Que es capaz de cantar y, a la vez, ofrecer ese virtuosismo de la guitarra de Paco de Lucía”, a quien llama el “maestro” y señala como su principal inspiración.

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