¿Quién es Christian Boltanski?
Trazar un retrato certero y definido de este artista sería como intentar buscar las llaves de casa en el fondo del mar: tarea arduo complicada. Nacido en París en 1944, empezó su carrera como pintor (de hecho, se describe a sí mismo como tal), pero con el paso de los años dejó los lienzos en […]
Trazar un retrato certero y definido de este artista sería como intentar buscar las llaves de casa en el fondo del mar: tarea arduo complicada. Nacido en París en 1944, empezó su carrera como pintor (de hecho, se describe a sí mismo como tal), pero con el paso de los años dejó los lienzos en una esquina para sumergirse en ese concepto que lo engloba todo llamado instalaciones.
De cuadros de tamaño XL pasó a realizar vídeos de corta duración (corrían los años 1968 y 1969) para luego zambullirse en montajes que mezclaban la figuración y la ficción a través de todo tipo de soportes (algunos extravagantes): cerca de 1.000 cuchillos, miles de pelotas de tierra… En fin, una imaginación desbordante que nace de un cerebro (y una sensibilidad) alimentado en algunas de las vanguardias más representativas de la segunda mitad del siglo XX, desde el pop art y el Minimal hasta el Povera, pasando por el Art Brut.
Precisamente una obra de Christian Boltanski inaugura una nueva galería-espacio artístico de Madrid, El Instante Fundación. En concreto de trata de Les Registres du Grand Hornu, en la que el galo reflexiona sobre la desaparición de 3.000 mineros entre los años 30 y 50 (hasta el 23 de marzo).
El plato principal de la exposición es una mastodóntica pared realizada con viejas cajas metálicas de galletas en las que se vislumbra fotos de mineros desaparecidos, sus carnets, sus nombres… Un inquietante revulsivo para la memoria. En otra sala cuelgan un puñado de capas negras, vacías, que representan a esos menores de edad que tenían que adentrarse en las fauces oscuras de la tierra. Una atmósfera dramática aliñada con la luz de una sola bombilla, sonidos y latidos.
Pues esta es la muestra que bautiza El Instante Fundación (Palos de la Frontera, 20. Madrid), un edificio de grandes muros blancos que, como sus promotores confiesan, “es un lugar de reflexión, de imprevisión y de oblicuidad. Es un proyecto transversal que desea colaborar con otras fundaciones e instituciones”.