Cosas de hombres: la barba recupera su lugar privilegiado en el estilismo masculino
La barba ha vuelto para quedarse: de los millenials (con barba al ras) a los hombres más maduros que la lucen elegantemente con canas pasando por los vanguardistas, artistas y modernos cuya barba aparece bastante más larga (semi-vikinga), pero nunca descuidada u olvidada. Es cuestión de estilo o, sencillamente, de saber lo que más favorece […]
La barba ha vuelto para quedarse: de los millenials (con barba al ras) a los hombres más maduros que la lucen elegantemente con canas pasando por los vanguardistas, artistas y modernos cuya barba aparece bastante más larga (semi-vikinga), pero nunca descuidada u olvidada.
Es cuestión de estilo o, sencillamente, de saber lo que más favorece a cada uno. La barba –como las melenas femeninas–, pueden servir para disimular una mandíbula poco definida, una incipiente papada, una cara muy fina o muy gruesa o incluso una cicatriz. Hasta existe un Día mundial de la barba (celebrado el primer sábado de septiembre), con el fin de dar visibilidad a la multitud de estilos y a los diversos looks que se pueden conseguir con ellas.
En cualquier caso, la barba ha de ser cuidada con productos específicos (nada de dejarla asalvajada, áspera y tiesa), lavada, recortada y repasada. Basta con invertir tan solo unos pocos minutos, pero son obligados, porque las opciones para mantenerla perfecta han aumentado considerablemente. No hay excusas, pero no se asusten. Afortunadamente, el mundo ha cambiado y, actualmente, el universo de la cosmética masculina es tan abundante como sencilla o sofisticada (todo es cuestión de gustos y de tiempo). En esta vorágine de productos merecen especial atención los dedicados al cuidado de la barba y del afeitado porque para los hombres sigue siendo su principal preocupación; junto con la caída del pelo, la tripa, la papada o las bolsas en los ojos.
Modas y barbas
Según Ana Alcázar, estilista en la barbería de TBC Hair (Madrid), el look más demandado en este momento es la ‘barba de Ala’, más conocida como estilo Hollywoodian, llamado así porque la solían lucir las grandes estrellas de Hollywood de los años 30. “Se trata de un look de fácil mantenimiento y apto para todas las edades que favorece especialmente a los rostros cuadrados o con facciones marcadas. Por otro lado, el estilo Stubble es un clásico atemporal de barba que siempre triunfa por su carácter desaliñado y sexy. El objetivo es que el acabado sea natural, que no se note que está perfilada o marcada pero tampoco desarreglada. De aquí pasaríamos al Long Stubble, el mismo estilo que el anterior pero con dos días más de crecimiento del vello. Actualmente, estas son las tendencias que mandan, dejando atrás las modalidades Vikingo o Banholz (hípster), tan de moda hace un tiempo”, apunta Alcázar.
A veces olvidamos que debajo de la barba también existe piel. Cuando nos dejamos crecer la barba, se dificulta la renovación de las capas superficiales de la epidermis y se limita su descamación natural, por lo que pueden aparecer caspa o células muertas. “Además, dejarse barba implica también que las glándulas sebáceas que lubrican e hidratan el pelo de la barba trabajen demasiado, provocando un desequilibro que puede derivar en dermatitis. Por ello, es tan importante la limpieza diaria de la barba, para que el sebo no se acumule y no salgan granitos”, explica el dermatólogo Carlos Morales Raya. Por esto y mucho más, es importante comprometernos con una rutina de cuidado que no solo implique el pelo de la barba, sino también esa tierra desconocida que es la piel que habita. ¿Dejarse barba? Sí, pero siempre siguiendo unos pasos básicos y sin descuidar la piel.
Recuerdo que mi padre acudía a su barbero-peluquero en la Gran Vía madrileña (el mismo toda su vida) de manera puntual. Un lugar donde empleados y clientes se conocían, donde las sillas de barbero se recostaban mientras aplicaban toallas calientes en el rostro para preparar la piel antes del afeitado con una cuchilla bien afilada que llegaba a los lugares más recónditos. Todo requería su tiempo, su charla, su momento. Ha cambiado la vida, han variado los tiempos y la prisa es protagonista indiscutible; pero, en mitad de este mundo de locos, hemos vuelto la vista atrás para recuperar la esencia de las barberías.
Esas barberías de antaño
Estos nuevos lugares de estilo vintage ahora podrían ser templos de mindfullness, es decir de vivir el momento y disfrutar poniéndonos en las manos de un experto barbero que al mismo tiempo actúa de psicólogo improvisado. Y, lo mejor de todo, es que la decoración puede ser tan sofisticadamente retro como en un vagón del Orient Express. Eso sí, las cuchillas, maquinillas, geles, brochas o serums pasan con sobresaliente todo tipo de certificaciones científicas, bio o eco. La modernidad convive con el clasicismo, las formulaciones más avanzadas con los sillones de cuero y los clientes de 20 años con los de 70. La barba vuelve y ya no es patrimonio rockero… es tendencia y las barberías actuales, espacios de culto