Custo vs. Desigual: la batalla de los plagios imposibles
Hace años, cuando nació la marca, muchos nos preguntamos de dónde salía esta segunda línea de Custo. Más bien fue Custo quien me contó que iba a interponer una demanda contra una nueva firma que parecía calcar sus diseños (“Es un caso de copia sistemática”, decía). Sin embargo, nunca la interpuso, quizá siguiendo el buen […]
Hace años, cuando nació la marca, muchos nos preguntamos de dónde salía esta segunda línea de Custo. Más bien fue Custo quien me contó que iba a interponer una demanda contra una nueva firma que parecía calcar sus diseños (“Es un caso de copia sistemática”, decía). Sin embargo, nunca la interpuso, quizá siguiendo el buen consejo de sus abogados en lo imposible que resulta demostrar la autoría creativa en el mundo de los negocios (Dolores Promesas, otra firma española, sí que llevó a cabo la denuncia hace 5 años).
Ambos, Desigual y Custo, nacieron en los 80, una de la mano de un suizo, Thomas Meyer; la otra, de dos hermanos catalanes, los Dalmau. Custo fue la primera firma española en desfilar en la New York Fashion Week, en 1997, y una de las pocas que lo hace hasta hoy.
Dos modelos de negocio
La batalla no está sólo en los diseños. La más interesante se disputa en los negocios, que “el euro es el euro”... Custo tiene más de 3.000 puntos de venta repartidos por el globo y la firme convicción de que la franquicia (a pesar del riesgo que supone para controlar la imagen) es la mejor solución para expandirse al nivel que los Dalmau pretenden. Carlos Sagalés, director general de la firma lo tiene claro: las franquicias se han colocado en las mejores tiendas multimarca, por lo que la imagen está controlada; además, Estados Unidos sigue representando el 20% de las ventas.
“Vestimos personas, no cuerpos”, afirmaba Thomas Meyer cuando creó la firma Desigual en los 80. Su nueva estrategia está a caballo entre el punto de venta en multimarca y la franquicia. Así podrá abrir macro corners que ocupan un 80 o incluso un 100% de la superficie de marca en este nuevo modelo de negocio. Sus puntos de venta alcanzan los 9.000 y terminó el 2012 con una facturación de 700 millones de euros. Se lleva tanto el mensaje positivo y colorista en estos tiempos de paro terrorífico (del que no saldremos según los expertos hasta la próxima década) que subirse al carro de todo lo que lo represente es una apuesta segura. Con o sin copias.