El beso perfecto: un arma letal
¿Qué sucede mientras recibimos uno de esos besos letales? Nuestros vasos sanguíneos se dilatan, el oxígeno inunda nuestro cerebro, la respiración se acelera, las mejillas arden cual ascuas de encina, las pupilas se dilatan y dejan de ver claramente y los niveles de dopamina, serotonina, noradrenalina y adrenalina, y de oxitocina llegan al paroxismo. Es […]
¿Qué sucede mientras recibimos uno de esos besos letales? Nuestros vasos sanguíneos se dilatan, el oxígeno inunda nuestro cerebro, la respiración se acelera, las mejillas arden cual ascuas de encina, las pupilas se dilatan y dejan de ver claramente y los niveles de dopamina, serotonina, noradrenalina y adrenalina, y de oxitocina llegan al paroxismo. Es decir, nos hemos tirado de cabeza a una piscina de compuestos químicos que sólo dan subidón. Como para fallar en el tiro.
Recuerdo amigas esculturales que después de caer en brazos de tipos normales que se las habían llevado de calle, con el primer beso les fue retirado hasta el saludo. Qué decir de lo demás. (Ellos andan todavía suspirando por aquella hazaña que nunca traspasó ninguna puerta).
A vosotros, hombres de calle que aspiráis a ninfas; a vosotras, mujeres que habéis puesto el ojo en morenazos o rubiazos esculturales; a todos en general los que tenéis vuestro punto de mira en un ser humano deseable van dedicados estos 5 consejos:
1. Crear un ambiente propicio es FUNDAMENTAL. Si no nos conocemos de nada... la cosa puede fallar. La oxitocina no saldrá si antes no ha habido un vínculo previo. Recordad que aspiramos al beso perfecto. Esta hormona (además de ser la responsable en el parto de generar vínculos afectivos entre madre y bebé) genera una sensación subjetiva de placer intenso. De ahí, que aunque la falle la técnica, si el vínculo está creado, con ese beso tocaremos el cielo.
2. Olores sólo los agradables. Atención: las mujeres tenemos, por lo general, un sentido del olfato superior al de los hombres. Aliento fresco y ducha recientita. Y si vienen las dos cosas juntas... puntos que suman.
3. ¿Babas? Las menos, por favor. Esos besos de “en lugar de rozar tus labios voy a devorarte la barbilla a través del paladar...” prohibidos como beso perfecto. (Si después del pillaje, el otro se presta, por supuesto). Los tornados con la lengua, también están desterrados. Despistan más que erotizan. ¿Querrá hacerme una limpieza bucal a base de tornillearme con la lengua? Los roces de labio sobre labio deben ser suaves, presionando, con pequeños mordisquitos si se tercia.
4. Si eres de las personas que se quejan, que se deprimen o que tienen mala leche... Lo llevas claro. Si leíste el artículo sobre el cortisol, sabrás que si generas esta sustancia, impedirás la liberación de la dopamina y de la oxitocina. Ale, te quedas sin placer en el beso. Medita o haz yoga antes de intentar el ataque.
5. Soñar e imaginar lo podemos hacer todos. Si nos imaginamos la situación y pensamos en el primer beso, engañaremos a nuestro cerebro porque segregaremos dopamina y el resultado final, cuando llegue el momento ansiado... ¡Serán fuegos artificiales!
Y si después de aplicar este quinteto de sabiduría no triunfáis... como dice mi abuela: reclamad al maestro armero.