Embarcaciones fueraborda, la última tendencia en el mundo de la náutica

Embarcaciones fueraborda, la última tendencia en el mundo de la náutica

Hay una fecha crucial en el mundo de la náutica: 1909, año en el que Ole Evinrude produce y comercializa el primer fueraborda (aunque el sistema de propulsión ya había sido inventado en 1905 por Cameron Waterman), lo que abrió la puerta a ese mundo infinito de embarcaciones pequeñas movidas por un motor. Un invento […]

Hay una fecha crucial en el mundo de la náutica: 1909, año en el que Ole Evinrude produce y comercializa el primer fueraborda (aunque el sistema de propulsión ya había sido inventado en 1905 por Cameron Waterman), lo que abrió la puerta a ese mundo infinito de embarcaciones pequeñas movidas por un motor. Un invento que, para algunos, podría compararse con el de la rueda. Durante el siglo transcurrido desde entonces, la expansión del fueraborda nunca se ha detenido, como tampoco la tecnología que lo impulsó. De los motores de 2 tiempos elegidos por Evinrude por compactos y ligeros, hemos pasado a los 4 tiempos, ahora presentes debajo de casi todas las calandrias del mercado actual. El constante aumento de la potencia ha permitido, a su vez, un crecimiento de las dimensiones de las embarcaciones. Así, si en los años 70 del siglo pasado el máximo de potencia de un fueraborda rondaba los 150 CV, hoy esa cifra representa el umbral de entrada a los modelos de alta gama. La horquilla, de hecho, oscila desde el pequeño motor fueraborda Honda monocilíndrico transportable de 2,3 caballos hasta el V12 de 600 CV del Verado 600, de Mercury, tope de gama de la firma.

Una amplia horquilla de potencias

Entre estos dos extremos, los principales fabricantes de fuerabordas ofrecen un amplio abanico de motorizaciones que pueden propulsar embarcaciones de entre dos y 16-18 metros de eslora, o incluso más. Y son precisamente esos barcos más grandes los que exhiben con orgullo en su popa toda la potencia que son capaces de desplegar: una tentación comprensible de mostrar músculo. Pero más allá de las modas, los cascos de las embarcaciones fueraborda aportan ventajas innegables, como la recuperación del espacio interior: con el motor instalado fuera, desaparece la necesidad de crear una sala de máquinas. Los astilleros americanos han interpretado esta tendencia según su estilo de vida: empezando con barcos modelo pescador súper motorizados que evolucionan a lanchas de competición para llegar a barcos prácticos para ser vividos. En Europa, sin embargo, el concepto de gran barco fueraborda se interpreta en términos de diseño como un yate, lujosamente creado para una clientela acostumbrada a lo mejor.

43 Wallytender43X, versión fueraborda del 43 Wallytender. Monta tres motores Mercury, Verado de 300 CV (con opción de 450 CV) .
43 Wallytender43X, versión fueraborda del 43 Wallytender. Monta tres motores Mercury, Verado de 300 CV (con opción de 450 CV) .

Estas son algunas de las propuestas de fuerabordas seleccionadas por GENTLEMAN:

El Wallytender43X es el más pequeño de los dos modelos que en este sector ofrece la marca Wally, del Grupo Ferretti. Con 13,20 metros de eslora, es un ejemplo de barco de paseo mediterráneo, equipado con una caseta reducida (con camarote y baño) para permitir la utilización de la cubierta, con solárium en popa y en proa y una cómoda sala de estar central, protegida por un elegante techo duro, que se convierte en zona de comedor.

El 420 Outrage Boston Whaler, una marca icónica entre los pescador, de 13 metros, dispone el puesto de conducción en la consola centra, sin caseta, que aumenta la polivalencia de la embarcación. Señal inequívoca de que se trata de un pescador es la presencia de la llamada tuna tower, la torre montada con una segunda timonera que permite al capitán detectar atunes y otras presas a distancia.

Nautor Swan Shadow. Modelo de pescador, con una gran versatilidad en cubierta.
Nautor Swan Shadow. Modelo de pescador, con una gran versatilidad en cubierta.

El Swan Shadow, de Nautor, que toma su nombre de los ‘barcos de sombra’, destinados a seguir al yate madre como apoyo, tiene una cubierta característica por la presencia en popa de una plataforma, más allá de los exteriores, que aumenta la superficie de suelo y facilita el baño y el uso lúdico de la embarcación.

El casco de 13 metros del Verve 42 de Azimut Yachts, nacido sobre la ola del éxito del más grande Verve 47, concilia los conceptos de barco para la vida al aire libre con el de barco de crucero para la familia, incluyendo debajo de la cubierta un camarote con una cama doble, separado de un compartimento con comedor en el que se pueden habilitar dos camas más. Cuenta con baño y ducha.

Azimut Verve 42. Un barco deportivo con un extraordinario nivel de habitabilidad.
Azimut Verve 42. Un barco deportivo con un extraordinario nivel de habitabilidad.

En una línea similar, aunque más deportiva, la propuesta del astillero español Astondoa, el 377 Coupe Fueraborda, tiene una eslora de 11,61 metros y ha sido diseñada para alojar a cuatro personas en sus dos cabinas y un baño. Con solárium en proa, la popa es un ejemplo de aprovechamiento espacial con bancos junto a una mesa y otro amplio solárium.

Por último, incluimos el 43 LS del astillero estadounidense Tiara: con más de 13 metros de largo, combina el carácter deportivo del casco con amplio espacio en cubierta. Es un walkaround asimétrico: el pase del lado izquierdo es más alto para facilitar el aterrizaje en el muelle desde la proa y para dar más espacio en el compartimiento debajo de la cubierta, donde se sitúan dos camas dobles.

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