El exclusivo zapato de Ferragamo cuya fabricación requiere de 160 pasos
Un grupo de artesanos son quienes dan forma a mano al calzado a medida de la firma italiana bautizado como Tramezza.
Ferragamo es sinónimo de lujo y ha sabido llevar su arte a nuevas alturas con su exclusiva línea de calzado artesanal a medida. Este servicio personifica la maestría artesanal, combinando tradición, innovación y personalización para crear zapatos que son verdaderas obras de arte y ha sido bautizado como Tramezza.
"Tramezza toma su nombre del componente fundamental del zapato: una gruesa pero flexible capa de cuero que se inserta entre la plantilla y la suela. La llamada Tramezza, tiene la finalidad de hacer que el zapato sea duradero y resistente, pero al mismo tiempo flexible", explican desde la marca italiana sobre esta línea que incluye el estilo Oxford con cordones clásicos u ocultos, con pala lisa o tipo brogue, el mocasín o el doble tira.
Cada modelo está pensado para perdurar en el tiempo. Su construcción nace de un proceso que refleja la herencia y la maestría de Ferragamo y se cuida hasta el más mínimo detalle para ofrecer un producto único y exclusivo. Sus líneas limpias, sus finos detalles, la calidad de sus materiales y su cómodo ajuste son sus elementos distintivos junto con el hecho de que la pala se une a la suela mediante un doble cosido, combinando un sistema de ensamblaje que incorpora tres capas de cuero con una altura total de doce milímetros; y con que el Tramezza pueda personalizarse mediante la impresión por punzonado de las iniciales del cliente al final del proceso.
Un proceso de elaboración especialmente cuidado
Hasta 160 son los pasos que requiere la fabricación cada uno de los pares ya que son todos cuidadosamente elaborados por artesanos expertos en los talleres de la firma siguiendo un proceso que puede tardar varios meses. El proceso comienza con la selección del material. Este es un momento muy importante porque es cuando se eligen pieles finas y de alta calidad para garantizar no sólo la estética, sino también la funcionalidad y la durabilidad.
Una vez se sabe con qué se va a realizar, la piel se corta con extrema precisión, ya sea manualmente o con la ayuda de máquinas. Cada pieza debe encajar a la perfección para garantizar una construcción impecable del zapato.
Co las piezas de cuero ya cortadas, estas se cosen hábilmente para formar el empeine. Este paso incluye el ensamblaje de varios componentes, como la puntera, el talón y los cuartos, lo que requiere una gran habilidad manual. Después llega el montaje de la parte superior sobre la horma. Aquí la piel se estira con cuidado y se moldea para conseguir la estructura deseada.
El siguiente punto es la colocación de la Tramezza, la cual se inserta entre la suela y la plantilla porque es un componente que no solo aporta estabilidad y estructura, sino que también mejora la durabilidad y el confort del zapato; y se pasa a colocar un componente que suele ser de acero, entre la Tramezza y la suela, precisamente bajo el arco del zapato que es el llamado cambrillón, patentado por Salvatore Ferragamo en la década de 1920 como solución innovadora para dar estabilidad al zapato en el arco del pie.
Llega entonces el momento de colocar la suela bajo el arco y, tras el montaje, se alisan los bordes, se aplican tintes y pulimentos para un meticuloso acabado. El último paso no es otro que el examen de todos los detalles estéticos. Cada uno de los diseños se somete a un riguroso control de calidad en el que los expertos comprueban la simetría, la calidad de las puntadas, la fijación de la suela, la precisión de la inserción de los cordones en los ojales y el acabado general, garantizando que cada par cumpla los estándares de Ferragamo.
Este largo proceso de fabricación pone de manifiesto el hecho de que Tramezza es mucho más que una línea de calzado. Es toda una experiencia personalizada por parte de Ferragamo que celebra la tradición, la artesanía y la innovación.