Guillermo Lasheras, sin miedo al éxito

Para ser una persona que dedica la mayor parte de sus horas vitales al trabajo, Guillermo Lasheras (Malgrat de Mar, 2001) es perfectamente capaz de indagar en aquellas cosas que no son visibles a primera vista. A ellas les dedica, de hecho, su última obra, que nada tiene que ver con el mundo de la interpretación al que lleva entregado desde los ocho años. Lo hace con su primer libro, Los prospectos de mis medicamentos, un ensayo en prosa poética que reúne sus reflexiones personales en torno al amor, el arte, el tiempo y la muerte, cuatro apartados en los que el actor se abre con total naturalidad acerca de unas temáticas que ocupan un lugar importante en su vida adulta.

Este libro es resultado de una reunión de textos escritos por el propio actor durante los últimos años y que un día decidió enviar a una editorial, con el fin de compartir su historia con el mundo. Una prueba más de su versatilidad profesional, pues con apenas 21 años actúa, tienen una productora desde los 14 y ahora se lanza a publicar su primer título junto a la editorial Espasa.

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Su salto a la fama llegó de la mano de su papel de Yoshi en la película A través de mi ventana (2022) y del estreno el pasado junio de su secuela, A través del mar. Ahora el apellido de Lasheras suena con fuerza en España y en especial en Lationamérica, donde estas dos producciones de Netflix alcanzaron récord de audiencia.

La «fama digital» -como él la llama- que ahora lo rodea ayudó a sumergirse a fondo en la disciplina de la literatura. «Fue un proceso que disfruté muchísimo. Si tuve miedo de algo, fue de no llegar a las fechas de entrega, más que de escribir. Me ayudó mucho que casi todo el libro está compuesto por textos que ya tenía escritos», comenta. Hablamos con el actor acerca de su nuevo libro, la importancia de vivir el presente y de la influencia de las redes sociales en la industria del entretenimiento.

¿Cómo se define Guillermo Lasheras?

No me gusta definirme, no soy yo quien ha de hacerlo. Dejo que la gente lo haga según su propia percepción. Si tuviera que definirme con una palabra, sería ‘disfrutón’, intento siempre vivir todas las experiencias al máximo. Estoy enamorado de la vida, me gusta vivirla en todo su esplendor.

¿Por qué empezaste a actuar?

Fue de forma natural, como consecuencia de mi personalidad extrovertida y constante sentido del humor. Tras algunos intentos frustrados de realizar algún deporte como actividad extraescolar, sus padres le propusieron que comenzara teatro. Al principio me negué, porque me parecía algo de frikis, siendo yo el más friki, pues estaba constantemente haciendo teatro, pero sin catalogarlo como tal.

Muchos artistas sienten la necesidad de transitar otros escenarios de la expresión creativa, como es la literatura. ¿Cuál fue tu motivo para decidir lanzar tu primer libro?

Escribo prácticamente desde que aprendí a coger un lápiz, siempre con una finalidad de que algún día mis textos vieran la luz. Los enviaba a amigos y familiares para que me dieran su feedback. Una anécdota que recuerdo siempre es que un día me dio por hacer una maquetación casera con todos mis textos, con el logo de Espasa descargado de internet. Cinco años más tarde la editorial me llamó para concertar una reunión y el resultado fue este libro. Lo que me mueve es dar a conocer mi historia y que la gente opine acerca de ella.

El primer libro siempre es el más especial para un escritor porque puede ser el título por el que el público te recuerde. ¿Sentiste incertidumbre de saltar de la interpretación a la escritura?

Es una de las mejores cosas que he hecho en mi vida. Me dio confianza el tener textos ya escritos; no tuve que ponerme a escribir de cero. Además, me encontraba en un punto vital que para mí era facil escribir, pensar y desarrollar. Lo más difícil fue combinar la redacción del libro con las demás cosas que hago en mi dia a día; encontrar esos espacios, tanto de lugar como de tiempo, para desconectar la mente y dedicarme solo a escribir. No me supuso un desafío emocional, si no logístico.     

Divides tu libro en los apartados de Amor; Tiempo; Arte y Muerte. ¿Qué sucede en tu vida para escoger estas cuatro temáticas?

Nada en especial, pero siempre estuvieron presentes a medida que fui escribiendo los textos. En el momento en que supe que iba a publicar, tuve que dotar al libro de una estructura para que tenga un sentido y sea cómodo de leer. Me parecía una bonita metáfora llamarlos ‘Medicamentos’.

En la sinopsis de tu libro destacas que «No es bueno leer los prospectos de los medicamentos porque no crees que sea beneficioso saber sus efectos adversos.” ¿A qué te refieres con la idea de prospecto? ¿Qué se va a encontrar el lector?

En la vida, muchas veces no leemos los prospectos, es decir, no hacemos las cosas ‘por miedo a’. No es beneficioso pararse mucho a pensar las cosas. Si lo haces, acabas no haciendo lo que deseas. Este miedo es de lo que hablo en el libro, esas ‘efectos adversos’ que no son tan visibles en un primer momento, pero que al final, son consecuencias de hacer lo que de verdad queremos.

Se trata por tanto de un ejercicio de estar presente.Totalmente. De ser consciente, sobre todo. No tenemos más previsión de futuro que el ahora. Se trata de vivir el presente para evitar las preocupaciones. Hay un texto que se llama La suerte de los tontos, que habla de lo afortunadas que son algunas personas que dejan la vida al azar; gente que no se preocupa de tenerlo todo controlado y ubicado. Es una elección de vida.

La secuela de Netflix A través del mar se estrenó el pasado 23 de junio. ¿Qué hay de ti en el personaje de Yoshi?Todo. Los personajes siempre somos nosotros mismos adaptados en distintas formas. Nos somos los mismos con nuestros amigos que con nuestra familia, en una entrevista de trabajo, o hablando con un extraño. Yoshi tiene la esencia de Guillermo, pero está formado a partir de muchos elementos físicos que integré de otras personas que pensaba que se asemejaban mucho al personaje.

¿Te sorprendes a ti mismo durante los rodajes? ¿Haces cosas diferentes en tu día a día para obtener resultados diferentes?No me ha pasado nunca. No me doy ese espacio para sorprenderme. Me parecería incluso un poco narcisista estar pendiente de lo que hago. No tengo rituales previos a los momentos de escribir o de rodar. Todo lo que hago es durante. Por ejemplo, siempre escribo mejor en exterior que en interior. Pescar, el mar y el horizonte es lo que más me inspira. Durante las horas de trabajo me limito a tener buen rollo con el equipo. Esto es lo único que hace falta para ser un chicle y que el director haga contigo lo que quiera.

¿En qué momento de la fama te encuentras? Nuestra fama es muy digital. El éxito de A través de mi ventana se dio en Latinoamérica que aquí. La fama me dio ciertas herramientas para realizar mis proyectos a nivel creativo; probablemente, Grupo Planeta nunca se habría interesado en mí si no fuera por mis números en redes sociales. Estos son los tipos de beneficios que te da ser conocido, te permite contar tu historia al mundo, y me siento muy agradecido por ello.

¿Juega la fama en contra de la autoestima?

Estás hablando con alguien con la autoestima bastante asentada. Banalizo mucho lo que sucede en redes sociales, no me siento atado a ellas.

¿Te sientes sujeto al qué dirán?Para nada. Todos estamos en redes sociales por decisión propia; el que diga lo contrario, miente. Ya sea por intereses económicos o por sentirse parte de la industria, estamos obligados a generar contenido e interacción. Las redes sociales son un trabajo, solo cuento lo que quiero contar; no expongo mi día a día.

¿Crees que para los artistas que están expuestos al ojo público no existe lugar para el error?Creo que la gente no es tan influenciable como se nos quiere hacer ver. Si así fuera, me parecería un retrato de la sociedad un poco débil. Los artistas o gente famosa tenemos tanta influencia. Lo que sí tenemos es un púlpito al público exterior para que valore, critique y señale si algo de lo que has dicho está fuera de lugar.

¿Qué haces cuando no trabajas?Trabajo prácticamente todas las horas que paso despierto porque me encanta lo que hago. Si no estoy trabajando, pinto, leo e intento pasar el mayor tiempo posible en la naturaleza, pescando en el mar.