Huntsman, el 'sastre real' de Saville Row

Huntsman, el 'sastre real' de Saville Row

En el número 11 de Savile Row, dos enormes cabezas de ciervo dan la bienvenida a un establecimiento que recuerda mucho a un club de caballeros. Sillones de cuero, cojines de tweed, imágenes de su ilustre archivo de clientes, una mesa de billar, una chimenea. Pero las dos mesas de corte alargadas que se encuentran […]

En el número 11 de Savile Row, dos enormes cabezas de ciervo dan la bienvenida a un establecimiento que recuerda mucho a un club de caballeros. Sillones de cuero, cojines de tweed, imágenes de su ilustre archivo de clientes, una mesa de billar, una chimenea. Pero las dos mesas de corte alargadas que se encuentran en medio de la estancia principal, con sus plantillas de papel marrón y sus pedazos de tela hilvanada, en las que los sastres cortadores realizan su trabajo a la vista de los clientes, en seguida nos aclaran el equívoco; sí, Huntsman es lugar de peregrinaje de caballeros, pero porque está considerada una de las mejores sastrerías a medida de Londres (y, por lo tanto, del mundo). Y eso convierte a Campbell Carey, co-Cortador Jefe y director creativo de Huntsman, en uno de los mejores sastres que existen.

¿Cuándo pensó en ser sastre por primera vez y cómo se preparó para ello?

Estudié Diseño de Moda y Textil en el Scottish College of Textiles. Desde mi tercer año ya sabía que me quería centrar en la moda de hombre y, más específicamente, en la sastrería a medida. Conseguí unas prácticas en Kilgour, French & Stanbury, y al terminar la carrera me hicieron aprendiz. Crecí dentro de la compañía y en 2009 me convertí en Cortador Jefe. Desde allí me trasladé a Douglas Hayward, donde fui socio de 2009 a 2013. Entrar en Huntsman el pasado septiembre como Cortador Jefe y Director Creativo, cuando siempre la había considerado la joya de la corona de Savile Row, me hace sentirme como en casa.

¿Qué cualidades debe tener un excelente sastre cortador?

Un buen ojo para la proporción y el estilo, además de un hambre innata para aspirar siempre a la perfección.

Además de Cortador Jefe, también es el Director Creativo de Huntsman, lo que implica diseñar la colección ready-to-wear de la firma. ¿Cuáles son los principales desafíos de este doble rol?

Trabajar con fechas límite en ambos puede llegar a ser un desafío, aunque se complementan muy bien. Ser Director Creativo me permite dotar a nuestra colección de ready-to-wear del ADN de la sastrería a medida que conozco tan bien como Cortador Jefe. Estoy en una posición privilegiada para entender qué estilos funcionan, y estoy muy satisfecho con nuestra última colección; hemos trabajado con los mejores proveedores del Reino Unido para crear prendas más accesibles, pero con los valores que definen a Huntsman. Las famosas cabezas de ciervo fueron regalo de un cliente que, en 1921, las dejó allí “un momento” para salir a comer y nunca regresó a por ellas. Es una de las muchas leyendas que rodean a una casa que fue fundada en 1849 y que ha vestido a reyes y nobles, a jefes de estado, al ejército británico en la I Guerra Mundial, a leyendas de Hollywood, estrellas del rock, diseñadores y artistas; de Eduardo VII a Winston Churchill; de Gregory Peck (para quien realizaron más de 160 trajes durante 50 años) a Mick Jagger; de Hubert de Givenchy a Lucien Freud.

¿De qué parte de la rica historia de Huntsman se siente más orgulloso?

Llegué a Huntsman en septiembre, así que aún estoy arañando la superficie. Considero un honor trabajar en una casa con tanta abundancia de talento natural, tanta pasión, y que ha vestido a iconos legendarios a lo largo de la historia.

La lista de clientes célebres de Huntsman es apabullante. En su opinión, ¿quién encarna al caballero Huntsman por excelencia?

Creo que hay demasiados para mencionarlos a todos. Si tuviera que elegir uno sólo, creo que sería Gregory Peck, un hombre cuyo estilo y elegancia trasciende generaciones. En Huntsman seguimos utilizando las prendas del archivo de Peck como inspiración, y de hecho, algunas de ellas han influido nuestra colección de ready-to-wear. Y no puedo dejar de mencionar a Alexander McQueen, otro icono de estilo y fiel cliente de Huntsman. Hay un viejo dicho que reza: “Si tienes que preguntarlo, es que no puedes pagarlo”. La frase se ajusta a la perfección a los trajes a medida de Huntsman, que están considerados los más caros de Savile Row (un dos piezas partiría de unas 5.000 libras), aunque el precio se justifica por el talento de sus cortadores, la extraordinaria calidad de sus tejidos (el año pasado produjeron la Infinity 3, considerada la mejor lana del mercado) y el máximo nivel de personalización (cualquier petición es posible; desde una chaqueta con las sisas plisadas para un director de orquesta hasta un forro con el salmo favorito de Martin Luther King).

Huntsman ha sido descrita como “el Vaticano de la sastrería a medida”. ¿En qué cree que se diferencia de otras sastrerías emblemáticas de Savile Row?

La silueta Huntsman es distinta a las demás; fue creada por nuestros sastres cortadores como un híbrido entre la chaqueta clásica de montar a caballo y una de etiqueta. El resultado es una prenda maravillosamente elegante, definida en la cintura, con líneas limpias, hombros estructurados, ecos sutiles de la sastrería militar y, tal vez lo más notable, cierre con un solo botón. El resultado final es favorecedor y muy British. Muchos han tratado de imitar nuestro estilo a lo largo de los años, pero lo cierto es que sigue sin tener rival a día de hoy.

¿Cómo es el proceso de crear un traje a medida de Huntsman?

El proceso a medida dura diez semanas, con 80 horas de trabajo manual que se lleva a cabo enteramente en nuestras instalaciones de Savile Row. Como si fuera una obra de arte, todo comienza con un lienzo en blanco. Basándonos en más de 30 medidas que tomamos del cliente, en el primer fitting dibujamos su silueta. Sus medidas son trasladadas a un patrón de papel, que se coloca sobre el tejido elegido por él y se corta. La pieza se hilvana para que el cliente pueda probársela. Dibujamos los ajustes necesarios en la tela, y el traje se desarma y se cose entero teniendo en cuenta los retoques realizados. El proceso se repite dos veces más, y en cada una de ellas se añade otra dimensión al traje, que ya empieza a parecerse más al producto acabado. Finalmente, una vez que todos los aspectos del traje han sido perfeccionados, hay un fitting final para dar los últimos retoques que garantizan que la prenda esté a la altura de nuestro estándar.

¿Cuál es la decisión más importante que hay que tomar al hacerse un traje a medida?

La elección de la tela es clave, porque el cliente tiene que asegurarse de que encaja en su estilo de vida y en la situación en la que llevará el traje. Con nuestra ayuda, nuestros clientes pueden elegir entre 8.000 tejidos distintos para lograr una satisfacción total de sus necesidades.

En cuanto a personalización, ¿cuál es la petición más especial que ha recibido de un cliente a medida?

Una vez volé a Sudáfrica en el día sólo para probar un traje. Y también nos piden multitud de bolsillos secretos especiales; ¡quién sabe para qué los querrán!

Huntsman acaba de abrir una sucursal en Nueva York, y organiza regularmente trunk shows en distintas partes del mundo. ¿Está Latinoamérica en el horizonte?

Sin duda, estamos considerando expandir nuestros trunk shows y nuestros tours a distintas partes de Latinoamérica. Nuestros sastres están abiertos a acudir a cualquier destino donde sus servicios sean solicitados y, definitivamente, México está en lo alto de la lista.

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