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Cuatro tipos de jerséis que dan juego (y estilo) en cualquier armario

Fórmulas infalibles para encontrar el jersey en el que poder invertir este otoño-invierno para sobrevivir al frío con elegancia.

Enfrentarse el frío con estilo y confort. Este es el reto que se le plantea a cualquier armario desde que arranca el otoño y hasta bien entrada la primavera. Un reto en el que tienen mucho que aportar las prendas de punto y, en especial, el jersey, porque la calidez y versatilidad que ofrece hace que sea capaz de adaptarse a cualquier ocasión.

Esta pieza es, por lo tanto, clave en el vestuario, lo que significa que hacer una inversión en uno de ellos es imprescindible para que se puedan aprovechar al máximo todos sus beneficios durante la temporada de bajas temperaturas. Quizá lo que no es tan fácil como parece es elegir el modelo perfecto en el que confiarlo todo puesto que entran en juego diversos factores como puede ser el el presupuesto marcado o el gusto personal.

Y dado que es preferible la calidad a la cantidad –mejor uno de alta calidad que muchos de materiales mediocres–, hemos querido desde Gentleman hacer un pequeño resumen de cuáles son los distintos tipos de jerséis en los que conviene poner el ojo porque cualquiera de ellos podrá ser explotado al máximo con éxito.

Jersey de cuello vuelto

Jersey de cuello alto de American Vintage.

Un clásico del guardarropa invernal es el jersey de cuello vuelto. También conocido como suéter de cuello de tortuga, no solo es un genial abrigo contra los días más gélidos sino que se propone como un elemento capaz de elevar la elegancia de un look de manera exponencial. Además, su efecto estilizador lo convierte en genial para ser llevado debajo de camisas como una capa o como compañero de un traje para un estilismo altamente sofisticado.

Jersey de cuello redondo

Jersey de cuello redondo, de Sandro.

Es la opción más recurrente, quizá porque es la que asegura el triunfo bajo cualquier circunstancia. El jersey de cuello redondo es sencillo, es fácilmente combinable y es cómodo pero, ojo, esto significa que tenga que ser aburrido. Al amplio catálogo de discretos modelos lisos hay que sumar los que añaden algo de fantasía tanto con tonalidades intensas como con motivos como líneas, capas, flecos o diferentes texturas que añadan un toque diferente.

Jersey de cachemir

Jersey de cachemir, de Falconeri.

La cuestión de diseño no es lo único en lo que fijarse antes de decidirse por un jersey u otro. Tal y como hemos mencionado, el material en el que esté confeccionado es primordial para hacer una buena elección. El de cachemir es, en este sentido, un lujo que merece la pena porque no tiene rival en lo que a suavidad, calidez y elegancia atemporal se refiere.

Los hay de diferentes estilos –de cuello redondo, con escote de pico o de cuello alto– y de distintos colores por lo que hay múltiples opciones entre las que elegir. Las más polivalentes de todas, las que aparecen en tonos neutros como el gris, el camel y el negro porque pueden llevarse de mil modos posibles y nunca pasan de moda.

Cardigan

Chaqueta de punto, de Gant.

La última de las recomendaciones no es un jersey como tal sino que se trata de lo que se conoce como cardigan, es decir, una chaqueta de punto con una hilera de botones en la parte delantera que antaño parecía de uso exclusivo de los más veteranos.

Ahora hay versiones para todos los gustos –más o menos gruesas, con letras bordadas, de distintos colores, estampadas, etc– y se lucen con camisetas o camisas debajo tanto completamente abrochadas como abiertas de un modo más relajado. En ambos casos resulta de lo más atractiva.

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