La hora de las estrellas: la pasión de los famosos por los grandes relojes
¿Acaso la etérea pero férrea Audrey Hepburn elegía relojes de pulsera Bvlgari de gran tamaño o enrevesadas complicaciones? Eso no encajaba con su reservada personalidad. Dos hechos históricos determinaron su estilo: la invasión nazi durante su infancia en Holanda y la dramática experiencia de Ana Frank. Aquellas vivencias la alejaron de excesos, moldeando un minimalismo […]
¿Acaso la etérea pero férrea Audrey Hepburn elegía relojes de pulsera Bvlgari de gran tamaño o enrevesadas complicaciones? Eso no encajaba con su reservada personalidad. Dos hechos históricos determinaron su estilo: la invasión nazi durante su infancia en Holanda y la dramática experiencia de Ana Frank. Aquellas vivencias la alejaron de excesos, moldeando un minimalismo cálido de sencillez refinada. Si de relojes se trataba, prefería Bvlgari o un pequeño B. Zero1.
Elizabeth Taylor | Amor verdadero
La exacerbada pasión de Elizabeth Taylor por la abundancia de piedras preciosas quedó sellada en aquella célebre frase de Richard Burton en Roma: “La única palabra en italiano que conoce mi mujer es Bvlgari”. Liz Taylor derrochaba energía y fasto a la hora de adquirir piezas de la marca. Cantidad y calidad como lema. Burton y Bvlgari, los dos grandes amores de su vida, se valieron el uno del otro para proporcionar esplendor y voluptuosidad a la Dama, su título británico. En cuanto a los relojes, la actriz era devota del Tubogas, de la archifamosa línea Serpenti, un reloj-joya de culto que dibuja una serpiente enroscada dos o tres veces alrededor de la muñeca y que cuenta con múltiples interpretaciones.
Gary Cooper | La elegancia
Durante la gloriosa Dolce Vita de los años 50, los estudios Cinecitteè se habían establecido en Roma, lo que atrajo a decenas de leyendas cinematográficas. La boutique Bvlgari de la legendaria Via Condotti se convirtió en lugar de paso obligado por Marlene Dietrich, Clark Gable, Gary Cooper (en la imagen con un Tank basculante de Cartier), Sophia Loren, Romy Schneider, Kirk Douglas, Klaus Kinski, Gina Lollobrigida…
Steve McQueen | La actitud
Steve McQueen lucía en Le Mans un Tag Heuer Monaco que ha quedado como uno de los relojes de forma más icónica de la historia. El actor, también hay que decirlo, sentía debilidad por Rolex, y el Submariner 5512 era su fetiche. De hecho, utilizó uno de esta casa durante el rodaje de ‘La gran evasión’.
Paul Newman | El estilo
En ocasiones, el nombre del actor se asocia con un determinado modelo. Es el caso del Rolex Cosmograph Daytona y Paul Newman, que dio lugar a una edición conocida como tal entre los coleccionistas. El actor fue un apasionado del concepto que exhibía el cronógrafo de la firma.
Groucho Marx | Si no te gusta mi reloj...
“Tengo otro”, podría afirmar también Groucho Marx, quien sentía debilidad por el Portuguese de IWC. Una constante en la historia relojera es el regreso al pasado para perpetuar el presente a través de reediciones. IWC, inventora en 1893 del legendario movimiento calibre 52, fue la elegida por Kevin Costner durante su actuación en Los Intocables. Su conocida serie Portuguese, de factura sobria e impecable, caracterizada por su caja doble, fue objeto de devoción entre numerosas personalidades de la talla de Winston Churchill.
Sean Connery | El reloj de 007
Cine, acción y relojes de élite ponen sobre el tablero los ingredientes del éxito. En el debut de la saga del agente 007 en 1962, un apuesto y jovencísimo Sean Connery llevaba en su muñeca un Rolex Submariner Oyster Perpetual. Su sucesor en la gran pantalla, Roger Moore, eligió el mismo modelo en ‘Vive y deja morir’ (1973), mientras que Pierce Brosnan y Timothy Dalton encarnaron al espía británico con el Seamaster de Omega.Desde hace más de cien años, con la aparición de los primeros relojes de pulsera, las casas relojeras han protagonizado algunos hitos históricos. A principios del siglo XX, Louis Cartier diseñó uno de los primeros relojes de pulsera: el Santos Dumont, regalo para su amigo Alberto Santos Dumont, uno de los padres de la aviación (hoy las colecciones Santos siguen vigentes). Asimismo, en 1927, el aviador Charles Lindbergh cruzó sin escalas por primera vez el Atlántico, portando el modelo Hour Angle de Longines (en la imagen), una pieza dotada con sextante y almanaque náutico capaz de medir la longitud en trayectos de larga distancia.