Mirando al futuro con Cartier: un horizonte marcado por la calidad y la sostenibilidad
Cartier ha construido un sólido concepto de manufactura relojera. Distribuido en cinco diferentes espacios, son los escenarios de su creatividad y responsabilidad.
El complejo ecosistema relojero se ha movido siempre entre la tradición artesanal y los avances paulatinos de la industria; una suerte de fusión que establece el concepto de manufactura. Cartier lleva años empeñada en hacer que ese escenario sea cada vez más poderoso, en hacer evolucionar esa experiencia apoyada en las oportunidades que ofrecen las tecnologías emergentes, al tiempo que se compromete con un enfoque responsable que respete al planeta. En Cartier, la innovación nunca es arbitraria y obedece a un savoir faire relojero que hay que respetar por encima de todo.
Es lo que se hace en las cinco manufacturas distribuidas en tres cantones suizos (La Chaux-de-Fonds, la Maison des Métiers d’Art, Couvet, Glovelier y Villars-sur-Glâne), que acogen a más de 1.250 empleados y reúnen a más de 120 profesiones. Cartier Horlogerie ha transformado su forma de organizar y gestionar su actividad, y lo ha hecho con equipos polivalentes, autónomos y responsables que trabajan en estrecha colaboración. Una búsqueda de la excelencia donde tienen cabida tanto altos niveles de rendimiento como la maestría de la maison; en definitiva, la tecnología al servicio del diseño.
Inaugurada en 2001, la manufactura Cartier de La Chaux-de-Fonds es el nexo de unión de la mayoría de las profesiones vinculadas a la producción de relojes. Tanto como para reunir a 850 empleados. Otro dato no menos interesante es que cuenta con la certificación LEED Gold, que la convierte en una manufactura eco-responsable.
La creación de un reloj implica varias actuaciones, desde el diseño hasta el montaje, pasando por la industrialización y la homologación. Y la manufactura controla todas ellas de forma directa. El diseño inaugura estas etapas; es aquí donde las ideas fluyen en compañía del departamento de marketing para ser compartidas con las personas implicadas en el desarrollo, el siguiente paso donde se ‘traducen’ esos diseños y bocetos y se crea una primer imagen que debe cumplir con especificaciones tanto técnicas como estéticas. E irá seguido de un informe técnico que marcará el devenir de la futura pieza.
La industrialización es el siguiente territorio, y donde la idea se convierte en realidad. En los talleres de Cartier es donde, por ejemplo, se fabrican los cristales minerales que se emplean para crear diseños complejos que se adaptan perfectamente a los relojes de formas de la maison. O el espacio en el que Cartier fabrica sus agujas desde 2002 –el 85% son azules, un color reconocido como firma de la maison–. En esta operación intervienen hasta 12 oficios, y el proceso puede durar entre 7 y 36 días. Sin olvidar tampoco los brazaletes, un elemento más en esos 900 productos que figuran en su catálogo de producción. Por supuesto, cada uno de ellos se somete a distintos controles a lo largo de su ciclo de creación, incluido uno final.
Por su parte, la manufactura de Couvet alberga el laboratorio de fabricación y el instituto de relojería Cartier, lo que lo convierte en el centro de investigación. Desde septiembre de 2023, incluye un nuevo centro de producción con más de 40 empleados. El laboratorio de fabricación desarrolla nuevas iniciativas y tecnologías digitales para construir la manufactura del mañana y anticipar la evolución de los oficios relojeros. Este proyecto transversal tiene como objetivo mejorar el servicio al cliente, la calidad y la trazabilidad de los productos, así como la optimización de los procesos. También pretende desarrollar las competencias de los empleados y mejorar sus condiciones de trabajo cotidianas.
Pero en Cartier y en su concepto de manufactura hay mucho más. En junio de 2023, Cartier obtuvo la certificación Equal Salary, o lo que es lo mismo, a través de la formación continua, se hace todo lo posible para apoyar el desarrollo profesional y la transferencia de conocimientos entre generaciones.
A Cartier, además, le preocupa cumplir con un abastecimiento responsable. Por eso, garantiza la trazabilidad de los materiales y así evitar materias primas que puedan financiar conflictos y violaciones de derechos humanos. Una exigencia que también traslada a sus socios. Desde 2021, Cartier se unió la iniciativa Science Based Targets para reducir sus emisiones de CO2. Esta ambición se refleja en el desarrollo de principios de diseño ecológico, con detalles como que el 100% de los edificios se abastecen de electricidad procedente de fuentes renovables.