Rolex: precisión suiza con compromiso sostenible
A lo largo de su historia, Rolex ha ido mejorando la producción de sus relojes, cuya calidad es reconocible por su sello verde, y lo ha inculcado en sus cuatro sedes de trabajo.
En el centro de la filosofía de Rolex y de sus actividades siempre aparecen sus valores fundacionales –calidad, innovación y búsqueda de la excelencia– y todos ellos están imbuidos, además, por una idea de sostenibilidad. Para ello la manufactura ha planteado una serie de escenarios que le permitan adaptarse a los retos del futuro. Lo que subyace en todos ellos es que Rolex crea productos concebidos para durar y conservar de por vida –la filosofía Perpetual– y hace todo lo posible por controlar su consumo de energía, recursos naturales y materias primas. De igual modo, ha reducido al máximo sus emisiones contaminantes y aplica las normas más exigentes en materia de trazabilidad de las materias primas. Un ejemplo: Rolex ha trazado el 99% de los movimientos con el fin de controlar su origen y cantidad en cada etapa de transformación. El 1% restante ya está cartografiado y no entraña riesgo alguno.
Pero hay más casos prácticos, como el Servicio Mundial postventa de reparaciones y revisiones o la posibilidad de comprar relojes de segunda mano certificados y garantizados –el programa Rolex Certified Pre-Owned– a fin de preservar, mantener y garantizar lo que ya existe. A lo largo de su historia, la marca ha ido mejorando sus relojes, reconocibles por su sello verde
–símbolo de calidad y longevidad–, y lo ha inculcado en todas sus sedes de trabajo, un total de cuatro.
En Ginebra, en Les Acacias, se halla la sede mundial de Rolex. Además, se ubican las tareas relacionadas con el montaje y control finales, la venta de los relojes así como el servicio posventa. También todo lo relacionado con la creación, investigación y desarrollo, así como los laboratorios donde se testan los relojes. En las proximidades de la sede está el Centro de Formación Rolex que imparte cursos dirigidos a trabajadores y directivos de la marca.
Mientras, en Plan-les-Ouates los protagonistas son las cajas y los brazaletes Rolex. Desde el moldeado y mecanizado de la materia hasta la realización de los acabados de las piezas. Además, es el lugar elegido por Rolex para la fundición, donde se obtienen las aleaciones de oro, entre ellas el Everose, aleación exclusiva de oro rosa creada por la firma.
Chêne-Bourg es la sede donde se hallan las actividades con las esferas. Fabricados en cerámica de alta tecnología, los biseles y los discos de bisel Cerachrom también se producen, mediante procesos innovadores y patentados, en Chêne-Bourg. La sede alberga, además, el laboratorio de gemología y los talleres de engastado.
Por último, en Bienne toman vida los movimientos. Todos los componentes –de 200 a casi 400– tienen su origen en esta fábrica. A menudo patentados, esta sede es un ejemplo de autonomía industrial. Rolex ha optimizado recientemente sus instalaciones. Además, en 2022 adquirió un terreno de 100.000 m2 en Bulle, en Friburgo, a fin de construir allí un nuevo enclave industrial. Por supuesto, bajo el principio de la sostenibilidad.