Adam Tihany: el arquitecto de los restaurantes más famosos del mundo
Adam Tihany, arquitecto e interiorista, nació en Transilvania y creció en el Jerusalén de los años 50 del siglo pasado, aunque siempre deseó instalarse en Nueva York. Tras acabar el servicio militar, Tihany recaló en Italia. “Deseaba estudiar en el extranjero, pero mi familia no tenía mucho dinero, de modo que tuve que elegir entre […]
Adam Tihany, arquitecto e interiorista, nació en Transilvania y creció en el Jerusalén de los años 50 del siglo pasado, aunque siempre deseó instalarse en Nueva York. Tras acabar el servicio militar, Tihany recaló en Italia. “Deseaba estudiar en el extranjero, pero mi familia no tenía mucho dinero, de modo que tuve que elegir entre estudiar arquitectura en Milán o veterinaria en Bolonia, y so quería ser veterinario, de modo que llegué a Milán en plenos disturbios estudiantiles, en 1969.
En aquellos años, escaseaban los proyectos constructivos, de modo que los arquitectos hacíamos de todo, incluso diseñar objetos de uso cotidiano.Así nació el extraordinario período del diseño de mobiliario italiano, y yo comprendí que el ‘Made in Italy’ consistía en saber encontrar soluciones de calidad a problemas aparentemente irresolubles.”
Tihany repite siempre que gran parte de su éxito profesional consiste en haber estado en el momento justo con la gente necesaria y en el lugar adecuado, y que esto le ha ocurrido tres veces en la vida. “La primera, en 1974, en Italia, mientras trabajaba en un estudio de arquitectura como asistente para todo, desde llevar café a copiar planos. Un día aparecieron por el estudio dos delegados de un estudio de Nueva York que buscaban un arquitecto para darle un “toque italiano” a su estudio norteamericano. Yo, que siempre tenía preparada la maleta, podía pasar perfectamente por italiano, y así lo hice. En Nueva York descubrí que se trataba de un estudio importante, donde, por ejemplo, tuve la ocasión de realizar el primer showroom de Gianni Versace.”
La segunda gran ocasión llegó cuando el diseñador veneciano Sandro Pianon fue al estudio donde trabajaba Tihany buscando un asistente que hablara italiano para ayudarle a decorar un apartamento de tres mil metros cuadrados, dos plantas y 110 habitaciones, en la Olympic Tower de Nueva York, para el millonario Adnan Kashoggi. “Tras aquel trabajo, pude abrir mi propio estudio.” Pero la propia versatilidad de Tihany le causaba problemas en un país que a todo busca ponerle etiquetas “Yo decía que podía diseñar de todo, dependiendo tan solo de las necesidades planteadas, pero eso no les cabía en la cabeza”.
Por fin, una madrugada de fiesta en el Studio 54 de Nueva York, en 1980, Tihany recibió el encargo de diseñar un restaurante en Nueva York, la réplica del célebre La Coupole de París. “Para ese primer gran café de Nueva York, con capacidad para 250 clientes sentados, diseñé todo, desde las lámparas a los uniformes del servicio.” Inaugurado en febrero de 1981 con presencia del mismísimo Andy Warhol, el éxito del local fue fulminante, y Tihany pudo por fin poner en sus tarjetas de visita “Diseñador de restaurantes” y ver crecer un oficio que hoy le permite mantener abiertos estudios en Nueva York y Roma que diseñan restaurantes en todo el mundo para clientes que han llegado a ser también amigos, como Sirio Maccioni, para quien diseñó Le Cirque de Nueva York, o Thomas Keller y Daniel Boulud, chefs que le han encargado la mayoría de sus locales, y, entre los últimos, el restaurante del Mandarin Oriental Hyde Park de Londres para el chef Heston Blumenthal.
Pero Tihany ha puesto especial cariño en el nuevo restaurante del Belmond Hotel Cipriani de Venecia, Oro, un local para 40 comensales que cuenta con enoteca y está asomado a una terraza. Sillas de maderas nobles, esculturas del maestro cristalero Vistosi, tapicerías de Rubelli, pavimento de mármol veneciano y un comedor de estructura circular dominado por una cúpula dorada de la que pende una gran lámpara de Murano. Tihany confiesa tener gustos sencillos: “Mi lujo es viajar, deambular por Tokio, por ejemplo, porque el sentido estético de los japoneses me atrae profundamente”.