
El universo Manero de Carlos Bosch se expande con una apertura estelar en Madrid
Carlos Bosch continúa construyendo el universo Manero, ahora con un espectacular espacio con bar, bistró, club y hasta karaoke en el centro de Madrid. El siguiente paso: la internacionalización de la marca.
Carlos Bosch busca en la tablet el gráfico que muestra el universo Manero: bajo el epígrafe Gastro Lifestyle, una serie de flechas interconectan conceptos como bar, club, bistró, tienda delicatessen, bikini e incluso hotel, entre otros. Varios de ellos, están ya en marcha: en Alicante, donde empezó su aventura, y en Madrid, donde la continúa y agiganta ahora con su última apertura, un espectacular espacio en la calle Marqués de Cubas –al lado del Congreso de los Diputados–, diseñado por los interioristas Raquel Giménez y Lázaro Rosa Violán. Es, probablemente, el que mejor representa la filosofía de Bosch: crear lugares en los que “disfrutar de muchas cosas”, en sus propias palabras, no solo de cocina internacional de raíces madrileñas o de un bar de tapas renovado, también de música –mucho pop español de los años 80 y 90–; incluido un karaoke; coctelería; el arte plasmado en las paredes por creadores internacionales como Domingo Zapata o nacionales que reproducen la monumentalidad de Madrid; el diseño de tapices o preciosos objetos a base de cristal de Murano o mármol; o hasta la tecnología aplicada al interiorismo.
Carlos Bosch reivindica para sí la invención del concepto: ese lugar en el que estilo de vida, neolujo y sofisticación se unen en cada detalle para dar forma al resultado final, una experiencia sensorial, vibrante, artística y cultural que celebra el arte del buen vivir. O, por decirlo de una forma más simple, un espacio al que uno va para estar. De tal éxito, que no resulta exagerado afirmar que algunos de los restaurantes más renombrados de la capital han seguido ese estela. “Cuando empezamos –remacha Bosch–, no había ningún local con esa filosofía, que ha sido muy copiada luego por tantos”.
Desde esos comienzos de los que habla han pasado unos 16 años, cuando Bosch era un profesional del marketing copropietario con un socio, además, de un bar franquicia. Llegó la crisis inmobiliaria de 2008 y todo cambió: en su trabajo empezó a perder clientes y el bar daba deudas, pero decidió quedárselo. Ahí empezó todo, con la determinación de sacarlo adelante creando un nuevo concepto que tardó años en asentar. Ahora, la ciudad que vio nacer el concepto Manero –nombre que deriva del nombre de la calle donde abrió sus puertas el primer local– cuenta con dos establecimientos, Manero Molla y Manero Balmis; y Madrid, la ciudad elegida para su expansión, con otros dos: además del nuevo Manero Marqués de Cubas, el Bar Manero de Claudio Coello, en el Barrio de Salamanca. Bosch comparte también el restaurante Mar Mía en Madrid con el chef Rafa Zafra y ultima un nuevo Manero en Marbella. Y Manero es, también, marca de una serie de productos delicatessen que incluyen desde vinos hasta conservas, embutidos o turrones, “recuperando industrias que se habían quedado atrás y modernizándolas para darles un valor añadido”.

Una marca de lujo española
Y todo hace indicar, además, que esto no va a parar. Bosch no oculta su deseo de internacionalizar la marca Manero, convirtiéndola, a su vez, en una seña de identidad de la marca España, como lo es la cadena de restaurantes Cipriani de Italia o Nobu, ese concepto americo-japonés con establecimientos, también hoteleros, en ciudades de todo el mundo. “Manero pretende ser la marca de lujo de la restauración española, sin aspirar a conseguir una estrella Michelin, porque la figura del cocinero, aunque obviamente es importante, no queremos que destaque por encima del concepto. Y, además –añade Carlos Bosch–, queremos ser una marca exportable para el mundo, que represente a España como valor añadido”.
¿Qué mueve a alguien, con un proyecto ya tan consolidado, a seguir creciendo, a seguir imaginando y creando negocios que, además –el propio interesado lo cuenta–, requieren de grandes inversiones (de hasta 10.000 euros el metro cuadrado para mantener ese concepto ‘tan Manero’)? “Yo soy muy apasionado –confiesa–, realmente tengo ilusión por hacer las cosas bien. También soy un poco perfeccionista y, ya que te metes en esto, lo que te apetece es dar un paso más e intentar conseguirlo. Por encima del dinero, hay otras muchas cosas, y en mi caso es importante la autorrealización, es algo que realmente me hace feliz”.