Tras una brillante trayectoria en el Ministerio de Cultura, Elena Hernando Gonzalo llegó en 2010 a la Fundación que gestiona el legado que José Lázaro Galdiano donó al Estado a su muerte, en 1947. “Al llegar, me sorprendió comprobar la fragilidad financiera del museo. Pero ante todo me sorprendió, y me sorprende cada día desde entonces, la implicación y la capacidad de trabajo del equipo del museo: solo gracias a ellos hemos podido cambiar y acercarlo a la sociedad. Estamos en el centro de Madrid, en la calle Serrano, el museo lleva décadas abierto, pero la figura de José Lázaro es desconocida. Nuestra sociedad no valora a personajes de esta categoría, esos que contribuyen a construir una nación».
Navarro de nacimiento, Lázaro se estableció en Barcelona en 1882, donde se inició como crítico de arte y literatura en La Vanguardia, y donde surgió su afición al coleccionismo. Entre 1889 y 1914 desarrolló La España Moderna, revista y editorial que publicó más de 600 monografías dedicadas a la ciencia jurídica, la sociología, la filosofía y la literatura: en ella colaboraron Pardo Bazán, Galdós, Clarín o Unamuno. En 1903 se casó con Paula Florido, para quien construyó la residencia que se inauguró en 1909 y que, desde 1951, alberga el museo.
El proyecto es obra del arquitecto José Urioste, y los frescos de los techos, de Lucas Villamil. Las colecciones de pintura, escultura, joyas, abanicos, marfiles, tejidos, numismática, armas, miniaturas, vidrios o cerámicas forman un conjunto excepcional que recorre desde la Antigüedad hasta principios del siglo XX. El Museo conserva piezas del Greco, Goya –”una colección sobrecogedora”, puntualiza Elena Hernando–, El Bosco, Zurbarán, Murillo, Velázquez, Ribera, Lucas Cranach o Constable (el único en España). La biblioteca reúne 877 volúmenes manuscritos, 40.000 monografías y 1.100 títulos de publicaciones periódicas. Destaca la colección de manuscritos iluminados, autógrafos y volúmenes incunables de los siglos XVI al XVIII.
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Un futuro esplendoroso
Elena Hernando cree que la apertura del Lázaro Galdiano a la ciudad, el esfuerzo de visibilidad que ha impulsado desde su llegada, ha contribuido a situar el museo en el lugar que le corresponde. “Es una de las mejores colecciones privadas de España, y combina tres aspectos extraordinarios: el edificio, las colecciones, sobre todo la maravillosa de arte, y la historia de un personaje muy completo y complejo. Pero no es un museo inabarcable, y por eso trabajamos para mejorar la experiencia de la visita”. La dimensión de los fondos hace que solo esté expuesto el 50% de las diversas colecciones: “Los dibujos, los abanicos, los bordados, los vamos mostrando en pequeñas exposiciones con entrada gratuita”.
Hernando inauguró una línea de exposiciones tras un diagnóstico sobre la misión y la visión del museo. “Decidimos trabajar para el coleccionismo, y eso rige hasta hoy. Organizamos exposiciones relacionadas con la colección, u otras externas, pero siempre estableciendo un diálogo entre ellas. Así, tenemos exposiciones ‘reinterpretadas’, de artistas contemporáneos que crean obra nueva a partir de nuestra colección.” Las relaciones del museo con otras instituciones son fructíferas. “En junio presentamos un abono –‘Cinco museos, otro Madrid’– que crea un itinerario cultural alternativo, enlazando cinco museos de características similares: el Sorolla, el Cerralbo, el del Romanticismo, el Nacional de Artes Decorativas y el nuestro. Esta ha sido una institución muy cerrada en si misma. Yo he intentado abrir las ventanas, y hoy estamos en todos los circuitos culturales de Madrid”.
Pero son años difíciles. De los dos millones necesarios para que la institución funcione, la subvención del Ministerio de Cultura ha sido de 44.000 € en 2015. “Entre el alquiler de espacios para eventos, la taquilla y la parte del patrimonio de inversiones financieras del legado, vamos cubriendo gastos. Pero en todo caso, estoy convencida de que el futuro del museo es esplendoroso.”
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Conocer a Goya
El museo presenta hoy la exposición ‘Goya. Obra Gráfica’, que muestra por primera vez al público una selección de estampas escogidas entre las casi mil que atesora la colección que forjó José Lázaro a principios del siglo XX. El recorrido, encabezado por la comisaria y conservadora-jefe del museo, Carmen Espinosa, incluye dos series grabadas por Goya –Caprichos y tauromaquia-, estampas sueltas de las Pinturas de Velázquez, el Agarrotado, Desastres de la guerra y Los prisioneros, las pruebas de estado de los Disparates o del Viejo columpiándose, entre otras, y una selección de litografías.