Harrison Ford cumple 82 años como el galán más afamado del cine
El actor norteamericano hace gala de su talento en cada producción y los numerosos galardones que posee así lo dicen.
Un actor suele encarnar varios personajes a lo largo de su carrera, pero solo uno queda en la memoria colectiva de los cinéfilos. El caso de Harrison Ford es muy diferente, puesto que cualquier papel que toca lo convierte en mítico del cine. Él es Han Solo en la saga de Star Wars, Indy en la de Indiana Jones, Rick Deckard en las dos películas de Blade runner y muchos más que no dejan indiferente a nadie.
Hace unas pocas horas se conocía la noticia de que Ford volverá a interpretar al presidente de Estados Unidos en Capitán América 4. Lleva una vida entera frente a las cámaras y la edad no le va a frenar ahora, como tampoco lo ha hecho con sus míticos héroes. "No eres el hombre que conocí hace diez años", decía Marion; "no son los años, cielo, es el kilometraje", respondía un joven Indiana en En busca del arca perdida de 1981.
Tanto tiempo en el foco mediático ha dado para mucho, pero sobre todo para confirmar que Harrison Ford es el galán que presume ser en sus películas. Padre de cinco hijos -dos con la chef Mary Marquardt, dos con la guionista Melissa Mathison y uno adoptivo con su actual pareja Calista Flockhart- y con una fama que le precederá hasta el infinito y más allá, como cantaba Loquillo, el actor norteamericano se ha convertido en una auténtica leyenda.
Escapando de la muerte y de la guerra
Pero todas las leyendas tienen un pasado. Harrison Ford nación en Chicago, Illinois, en el seno de una familia de clase media. Su padre era católico y directivo de publicidad y su madre judía y actriz de radio. Tanto a él como a su hermano Terence le inculcaron sendas convicciones religiosas y culturales, aunque cuando se le pregunta por sus creencias él responde "demócrata", aunque también aclara que se siente "irlandés como persona, pero judío como actor".
Inicia sus estudios superiores en Ripon College, en Wisconsin, de literatura inglesa y filosofía, pero pronto descubre que eso no es lo suyo y al tercer año se apunta a cursos de arte dramático. En aquellos años conoció a su primera pareja, Mary Marquardt, que se dedicaba a la actuación por aquel entonces, y con quien se mudó a Hollywood para probar suerte como actor.
En 1964 se casan y dos años después huye de la muerte tras un aparatoso accidente automovilístico que le dejó su reconocible cicatriz en la barbilla. Pero es también ese año cuando hace su primera aparición en la gran pantalla, en Ladrón y amante, aunque sin el derecho de que su nombre saliera en los créditos. Asimismo, se libró de la guerra de Vietnam simulando locura. La primera vez que su nombre salió en los créditos, en 1967, fue como Harrison J. Ford para diferenciarse del antiguo actor de cine mudo con su mismo nombre.
Aunque en los próximos años trabajará como actor, el sueldo que percibe es tan bajo que no puede dejar su ocupación como carpintero hasta que se topa con George Lucas y su famosa saga de ciencia ficción cerca de la década de 1980. No fue fácil abrirse hueco sin contactos en un mundo en el que priman las amistades, pero finalmente fue su talento y su capacidad de adaptación los que ganaron. Lo que va después es historia del cine.