La firma de esta creadora gallega reinventa la relación entre el arte y la naturaleza
En su casa-taller ubicada en Vigo, la artista gallega realiza a mano sus colecciones de cerámica de autor. Su último proyecto es una colaboración con el restaurante Aponiente, del chef Ángel León.
La cerámica es una alquimia en la que intervienen los cuatro elementos de la naturaleza: el agua y la tierra crean las piezas, el aire las seca y el fuego las cuece. Combinarlos de forma que el resultado sea algo tan bello como funcional es el objetivo de artistas como Ana Tenorio, quien entiende el proceso de creación como una necesidad de encontrarse a sí misma y de ofrecer al mundo objetos que transmitan la magia de ese proceso. “La cerámica es una sorpresa para aquellos que observan desde fuera cómo la tierra o la arcilla se convierte en una pieza sólida una vez salida del horno”, explica. Bajo su firma Witchneeds la gallega reúne desde 2016 una exquisita producción artística que comprende vajilla y objetos de decoración de formas suaves e irregulares, que utilizan la sencillez como punto de partida y recuperan técnicas de producción primitivas. “Cada pieza es única, no solo en sus cualidades formales, visibles al ojo, si no también por los procesos, herramientas y materiales utilizados durante el bocetado, moldeado y cocción –explica–. Por ejemplo, los barros que utilizo son locales y algunos de ellos los produzco en mi casa porque emocionalmente me dicen algo ”.
Sin embargo, la gallega discurre por el mundo del arte sin encasillarse en ninguna disciplina. Además de la cerámica, también pinta, fotografía y realiza escultura, nutriéndose de estas actividades como un todo indivisible. “Me cuesta diferenciar el límite entre las distintas disciplinas del arte –confiesa–. Durante el proceso de creación encuentro cosas que no sabía que quería. En cada colección existe una búsqueda, en torno a mí misma, o algo que me llamó la atención en otro sitio y deseo recuperar”.
La naturaleza es uno de sus principales estímulos desde que comenzó con su firma propia, tras mudarse a Zamáns (Vigo), a una casa en medio de las montañas donde encontró más espacio y libertad. “En la naturaleza, en el campo, siempre me siento bien. Es donde va mi mirada y mi atención. Paseo por el bosque, veo cómo evolucionan los árboles, observo la rigidez y la flexibilidad de las formas en el paisaje… La naturaleza me inspira y me obliga a tomar decisiones”.
Algunos de los restaurantes más importantes de la gastronomía española ya utilizan las piezas de la gallega para satisfacer una creciente tendencia de vajilla funcional, elaborada con materiales procedentes del entorno cercano y que integre un diseño donde no exista la repetición. Entre ellos se encuentran Casa Solla, del chef Pepe Solla, situado en Pontevedra, o el restaurante Eirado da Leña, del chef Iñaki Bretal, también ubicado en la ciudad gallega. Otra de sus colaboraciones destacadas ha sido junto al chef Ángel León en su restaurante Aponiente, en el Puerto de Santa María, en Cádiz. “Trabajamos juntos por primera vez en 2021, cuando adquirió piezas ya creadas. Desde entonces, el proceso lo realizamos entre ambos desde cero. Se trata de encontrar lo que el chef busca a partir de unas necesidades y unas referencias visuales. Al final, yo soy el soporte de su trabajo; es como un baile en el que has de encontrar la pareja correcta.”
El concepto de artesanía multidisciplinar se revela en su obra como platos y fuentes que imitan la textura de la roca, vasos realizados en diferentes pastas de arcilla refractaria de fabricación propia e incluso en lavamanos pintados con óxido. “El arte no puede ser exclusivamente utilitario. Para funcionar, tiene que estar en comunión con la belleza estética. Tienen que jugar la una con la otra. De otra forma, no sería arte”.