La melancolía creativa de Stutterheim
Impermeables funcionales pero feos, paraguas baratos e incluso periódicos sobre la cabeza. La imagen que vio Alexander Stutterheim –“nadie se aproximaba siquiera a la idea de bien vestido”–, entonces redactor publicitario en la firma de coches Saab, mientras tomaba un café en una mañana lluviosa, fue uno de los pilares sobre el que empezó a […]
Impermeables funcionales pero feos, paraguas baratos e incluso periódicos sobre la cabeza. La imagen que vio Alexander Stutterheim –“nadie se aproximaba siquiera a la idea de bien vestido”–, entonces redactor publicitario en la firma de coches Saab, mientras tomaba un café en una mañana lluviosa, fue uno de los pilares sobre el que empezó a sustentar la idea de crear una marca de prendas de lluvia y abrigo diferentes a los que existían hasta entonces.
El otro, el descubrimiento, tras la muerte de su abuelo, del viejo impermeable de pescadores que llevó durante años, una prenda lisa, casi como una tienda de campaña, de un resistente pero pesado material de hule. Stutterheim no tenía experiencia en el mundo de la moda, pero sabía comunicar una historia y, además, pronto se dio cuenta de la importancia del trabajo artesanal en este tipo de productos.
De un primer patrón pergeñado en el piso de su casa, los artesanos de la ciudad textil de Boràs elaboraron, con gran atención a los materiales y a los detalles, 200 abrigos numerados y firmados por cada autor que fueron vendidos rápidamente desde la propia casa del fundador. Era el año 2010 y el éxito fue tan repentino que Alexander Stutterheim buscó el apoyo de su conocido Johan Loman para fundar las bases definitivas de la firma. Aquel año, 2013, Stutterheim, con tres empleados en total, facturó 1,2 millones de euros; en 2016, con 20 trabajadores, la cifra ascendió hasta los 5,2 millones.
Simplicidad, funcionalidad y diseño atemporal caracterizan esta marca sueca premium que se puede comprar en más de mil tiendas en todo el mundo, además de en los dos centros principales de la compañía, en Estocolmo y Nueva York, y en la tienda oficial online. Entre los que ya han caído en sus redes, nombres como los raperos Kanye West y Jay Z y las actrices Julia Roberts y Natalie Portman.
Desde el primer momento, el concepto de melancolía también forma parte del ADN de la marca. Como catalizador para la creatividad, como refugio ante el mal tiempo y, con un toque de ironía, para presentar sus prendas como instrumento contra la depresión invernal. El resultado es una firma sin edad, para un público urbano, con colecciones para hombres, mujer, unisex y niños, con distribución en Europa, Canadá, Japón y China, y con la expansión entre sus objetivos inmediatos.