Leopoldo Satrústegui, tres décadas para llevar a Hyundai del anonimato al podio
Compitió en circuito y en ralis antes de empezar a trabajar en Hyundai como delegado comercial cuando la marca se estableció en España. Hoy es el presidente y CEO de la división española de la firma coreana.
Leopoldo Satrústegui (Madrid, 1965) ha pasado casi toda su vida profesional en Hyundai, el fabricante coreano de coches que se estableció en España en 1992. Entró ese año como delegado de ventas, fue director general bajo la presidencia del coreano Suk Hyun Ka durante 11 años y en enero de 2024 asumió ambos cargos, presidente y director general, un cambio sustancial, según él mismo explica: “Como director general estás más ‘protegido’ por un presidente y ahora ya no tengo a nadie por encima en quien descargar esa responsabilidad”.
Entrar en Hyundai fue para él un sueño hecho realidad. “Me apasionan los coches desde pequeño y siempre quise trabajar en algo relacionado con el automóvil. Hice mis pinitos compitiendo durante diez años en circuito y en ralis. Disfruté mucho esa época. Y tuve la suerte de empezar a trabajar en Hyundai, que, al principio, era una marca muy desconocida –recuerda–. Cuando haces que algo vaya cogiendo tamaño y creces con ello, al final lo haces como tuyo. Cuando me incorporé a la compañía, en España había una estructura de 12 personas. Entré como segundo delegado comercial, pero todos teníamos que hacer muchas más cosas: no había un departamento de desarrollo de red y los concesionarios los abríamos nosotros mismos. Conseguimos que Hyundai creciera rápido, así que, por así decirlo, este ha sido mi bebé”.
Los logros han sido enormes. La marca se encuentra ahora, en España, en lo que Satrústegui define como “primera división”, algo especialmente meritorio porque la compañía partió de cero. “Llegamos hace 32 años y en los últimos diez y, sobre todo, los últimos cinco, nuestro crecimiento en el mercado nacional ha sido exponencial. Antes del covid estábamos en el top-15, pero hemos llegado a entrar, en 2023 y 2024, en el podio: somos la tercera marca del mercado. Y, en 2022, nuestro modelo Tucson fue el más vendido, algo que nunca había ocurrido con un coche no precisamente barato, un SUV. Este año vamos a seguir en el top-5”.
La clave de esta consolidación estriba, según Satrústegui, en “el compromiso con el cliente”. “El cliente es lo más importante, es el que el que te compra los coches –añade–. Es la cultura coreana llevada al servicio del automóvil. En Corea, en los hoteles, en los restaurantes, el nivel de servicio al cliente no tiene nada que ver con lo que estamos acostumbrados en Europa. Queremos que el cliente que tenga un coche nuestro se sienta especial y orgulloso de conducir una marca, pero no solo por el coche que conduce, sino por el trato que recibe de esa marca”.
El momento geopolítico y económico actual es complicado, como advierte Satrústegui, y más aún en el sector automovilístico, que se enfrenta a un reto inédito: “Se está produciendo el cambio del modelo de combustión al modelo eléctrico y hay una exigencia regulatoria en Europa que nunca había habido, con multas asociadas…”. Además, el sector asiste a la irrupción de nuevos competidores, los fabricantes chinos, con su política de precios bajos. “Los chinos son un competidor más –admite Satrústegui–, pero primero tienen que probar su calidad. Nosotros, en cambio, llevamos 32 años en el mercado y hemos demostrado la nuestra: el coche no se rompe y no da ningún problema, no hay ninguna otra marca que ofrezca una garantía de cinco años sin límite de kilometraje, y en las encuestas de calidad siempre estamos en la parte alta”.