El exclusivo aceite de oliva virgen extra de Castillo de Canena que homenajea al arquitecto Andrés de Vandelvira
Castillo de Canena dedica la edición número 19 de su selecto aceite de oliva virgen extra Primer Día de Cosecha al renacentista Andrés de Vandervira.
Muchos de los mejores aceites de oliva virgen extra del mundo los elabora la compañía Castillo de Canena. Uno de ellos es el que crea a partir de lo recolectado el primer día de cosecha,
zumos tempranos de alta gama equilibrados y con un correcto balance que aprovecha hacer su particular homenaje a alguna figura importante del mundo del arte, el deporte o la ciencia.
A lo largo de los años la empresa ha rendido tributo a muchos rostros conocidos como Sara Navarro, Pau Gasol, Roberto Verino o Fernando Alonso, entre otros. En el 2024, por ejemplo, ha conmemorado el centenario del nacimiento de uno de los pintores españoles más relevantes del siglo XX, Fernando Zóbel; y en esta XIX edición ha querido honrar al arquitecto Andrés de Vandelvira.
Este maestro conocido como el "padre del Renacimiento español" fue precisamente quien se encargó en el siglo XVI de la rehabilitación del Castillo de Canena que hoy da nombre a estos prestigiosos aceites reconocidos en todo el mundo. Un artista que dejó un amplio legado monumental en Jaén y Úbeda, donde diseñó la emblemática Sacra Capilla del Salvador y transformó la Catedral de Jaén que posteriormente inspiró la construcción de otras iglesias en México, Perú y Colombia.
Primer Día de Cosecha, un aceite de calidad excepcional
"Estamos especialmente orgullosos de esta edición del Primer Día de Cosecha, tanto por la calidad de los zumos obtenidos, como por la oportunidad de destacar la figura de Andrés de Vandelvira. Nos complace, por lo tanto, poder compartir con nuestros clientes la dedicación, el cuidado y la pasión que ponemos en producir cada gota de nuestros AOVEs. Este año las condiciones climáticas nos han favorecido especialmente y el resultado han sido unos zumos de aceituna que alcanzan la excelencia", ha señalado el director general de Castillo de Canena Francisco Vañó sobre la versión de este año de sus botellas Primer Día de Cosecha.
Y es que efectivamente en esta edición número 19 la calidad excepcional de su cosecha temprana es el resultado de unas condiciones climáticas particularmente favorables para las etapas clave del desarrollo del olivo, como la floración, el cuajado de fruto y el inicio del envero, ya que la primavera trajo abundantes lluvias y temperaturas moderadas; a lo que hay que unir el meticuloso cuidado de los olivos y la recolección en el momento de madurez óptima que se ha llevado a cabo desde la compañía.
En el caso de la variedad arbequina del Primer Día de Cosecha, las aceitunas provienen del 'Pago de la Duquesa' en el Paraje Conde de Guadiana, el cual fue seleccionado por su microclima y características únicas.
Este AOVE persistente en boca es de tono verde brillante y destaca por un frutado medio-alto, con aromas frescos de manzana verde, alloza y sutiles toques de hierba. Su entrada en boca es delicada, pero con una estructura definida y con un amargor y picante moderados que se equilibran perfectamente y se desvanecen, dejando una sensación armónica y elegante. En el retrogusto, los descriptores más notables son el plátano, la manzana verde y el tallo también verde que refuerzan su frescura, ofreciendo un perfil elegante que resalta su redondez.
En el 'Pago El Arroyo' del Paraje Cañada Luenga es donde se han recolectado las aceitunas con las que se ha obtenido el exclusivo Primer Día de Cosecha picual, un aceite de oliva virgen extra de marcada personalidad que presenta un color verde intenso que evoca frescura, vivacidad y recuerda la clorofila natural.
Si hablamos de las notas de cata, desde Castillo de Canena señalan que en nariz despliega un frutado verde intenso, marcado por notas de hierba recién cortada, hojas de tomatera y de higuera, que aportan una complejidad herbácea enriquecida con matices de plátano verde y tallo de alcachofa; mientras que en boca, resulta expresivo y bien estructurado, con un amargor y picante equilibrados que refuerzan su carácter acusado pero armónico. Una ligera astringencia y un retrogusto mentolado que prolonga su frescura ponen el punto y final una vez se degusta.