Carreras de caracoles: una costumbre más allá de la pura diversión
Las carreras de caracoles son un evento divertido tanto para jóvenes como para adultos. Esta esencia ha perdurado a lo largo de las décadas, pero en los últimos años su importancia a nivel internacional está a la altura de otras competiciones vinculadas a los animales, como, por ejemplo, las carreras de caballos o galgos. Durante […]
Las carreras de caracoles son un evento divertido tanto para jóvenes como para adultos. Esta esencia ha perdurado a lo largo de las décadas, pero en los últimos años su importancia a nivel internacional está a la altura de otras competiciones vinculadas a los animales, como, por ejemplo, las carreras de caballos o galgos. Durante más de 25 años los Campeonatos Mundiales de Carreras de Caracoles se han celebrado en Congham, cerca de King's Lynn, en Norfolk (Inglaterra). Y si por algo se caracterizan es por su fácil organización.
De hecho, el proceso es de lo más casero. Se recogen caracoles de un jardín –los lugares favoritos están detrás o debajo de grandes piedras, les gustan las áreas húmedas– y se llevan a la competición. Sin embargo, como en toda competición, existen unas reglas a cumplir. Antes de que los caracoles puedan participar en una carrera, se debe colocar una pegatina con un número para que puedan ser identificados. Puede parecer evidente, pero un caracol de jardín se parece mucho a otro, algo que a lo largo de estos 25 años ha llevado a algunas descalificaciones.
"A los caracoles les gustan las condiciones húmedas y como Congham está rodeado de estanques es perfecto para ellos", explica Hilary Scase, organizadora del mundial. En cuanto al sistema de competición, los caracoles corren desde el centro de un círculo hacia el exterior. El círculo tiene un radio de 33 centímetros. Los caracoles se colocan en el centro y apuntan en la dirección correcta. Las carreras se llevan a cabo en la parte superior de una mesa con un paño húmedo extendido. Las series se celebran durante toda la tarde con una gran final al final y, a diferencia de otras competiciones en las que hay dinero en juego, el ganador se lleva una jarra de plata rellena de hojas de lechuga.
Congham es a las carreras de caracoles lo que Newmarket a las de caballos
El récord mundial de 2 minutos fue establecido por un caracol llamado Archie, en 1995. El actual Campeón Mundial es un caracol llamado Larry, propiedad de Tara Beasley, del Castillo de Acre, cerca de Swaffham. Su tiempo fue de 2 minutos y 47 segundos, algo que la propia Beasley consideró "un éxito absoluto" teniendo en cuenta que "el nivel de competición es más exigente cada año".
UNOS ENTRENADORES POCO COMUNES
Los niños son mejores dueños y entrenadores de caracoles que los adultos. Esta es una opinión común cada año que se celebra el mundial en Congham, que es a las carreras de caracoles como Newmarket a las carreras de caballos. "Hacen mascotas de sus caracoles y los dejan arrastrarse por todos sus brazos, piernas y rostros", asegura la organizadora Hilary Scase. De hecho, lo que para los adultos puede parecer un juego infantil, para los niños es todo un acontecimiento anual que se toman realmente en serio. Ejemplo de ello es cuando Thomas Vincent, de 9 años, ganó el campeonato con su caracol Schumacher: "he alcanzado la ambición de mi vida".