
Celebrando lo que somos: DYC nos invita a brindar por lo auténtico
En los bares de toda la vida, en las fiestas de pueblo, frente al televisor o en una sobremesa cualquiera, el whisky DYC lleva más de 65 años brindando con nosotros.
En España no nos hacen falta grandes excusas para celebrar la vida. A veces basta un gol en el último minuto, un aprobado raspado en un examen o simplemente una reunión con amigos en el bar de siempre para levantar nuestras copas y disfrutar al máximo. En esos momentos siempre está presente DYC, el whisky español de referencia, que forma parte de nuestras vidas desde su nacimiento a finales de los años 50.
A lo largo de su historia, DYC ha sido testigo de innumerables celebraciones, grandes y pequeñas, íntimas o públicas, formales e informales; este whisky de sabor intenso elaborado tradicionalmente en Palazuelos de Eresma (Segovia), representa el carácter vibrante de los españoles y nuestra forma auténtica y espontánea de celebrar.
Es especialmente en los bares de siempre, en los que los camareros ya conocen nuestros nombres, donde DYC cuenta con su mayor trono. Lejos de cócteles y fórmulas sibaritas con las que apenas llegamos a identificarnos, este tradicional whisky español apuesta por la copa de toda la vida, en vaso de tubo y con hielo, servida desde el corazón.
Y cuando toca fútbol, ese bar se convierte en templo. Porque no hay brindis más sincero que el que se hace tras un gol gritado con el alma. No importa si se es de uno o de otro equipo, si el rival ganó o si el empate supo a victoria. Entre abrazos, bromas y recuerdos de partidos míticos, sigue presente ese whisky que nos acompaña desde siempre.
Un whisky con alma segoviana y carácter auténtico
El grano utilizado para su elaboración es una de las grandes claves que ayudan a este whisky a obtener su característico sabor. No es cualquier grano: el cereal llega desde Castilla y León, una de las regiones agrícolas más ricas del país, garantía de materia prima local y de calidad. El agua tampoco es cualquiera: viene del deshielo del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, y baja por el río Eresma, pura, ligera, perfecta para conseguir un whisky limpio y equilibrado. Sin olvidar el toque que aporta el peculiar clima de Segovia. La madera de las barricas cede sus matices al whisky de manera sutil, moldeando ese sabor tan distintivo de la marca. Esto se debe al clima de contrastes extremos de Segovia y a la destacada altitud de la destilería, que alcanza los 1.036 metros, siendo una de las más altas del mundo y la más alta de España.
En una época donde todo parece impostado, DYC apuesta por lo cercano, por lo auténtico, por “lo nuestro”: por el bar que lucha por abrir cada día, por la plaza del pueblo que vibra como un estadio, por las eternas fiestas entre amigos. En definitiva, por esa forma tan nuestra de entender la vida como una celebración continua.
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