Celebrar el diseño y la libertad: Breitling rinde homenaje a los coches deportivos clásicos de la década de 1960
El mundo del motor y la alta relojería, dos industrias que beben de la innovación, la tecnología y la búsqueda de calidad para dar vida a ejemplares definidos por la excelencia. En una apuesta por combinar la artesanía y los procesos de producción vanguardistas, estos dos mundos conectan sus puntos en común y crean, en […]
El mundo del motor y la alta relojería, dos industrias que beben de la innovación, la tecnología y la búsqueda de calidad para dar vida a ejemplares definidos por la excelencia. En una apuesta por combinar la artesanía y los procesos de producción vanguardistas, estos dos mundos conectan sus puntos en común y crean, en ocasiones, piezas destinadas a ocupar un lugar destacado en el imaginario colectivo.
Durante la década de los 60, Breitling satisfizo los deseos relojeros de aquellos jóvenes que comenzaban a trabajar e independizarse económicamente gracias a sus modelos Top Time originales, una visión moderna de la elegancia que definía una generación que ya no quería parecerse a sus padres y que ansiaba proporcionar, a través de su estética y la elección de sus accesorios, una renovada imagen al mundo. Espíritus libres, como aquellos que ofrecen los coches que con el paso del tiempo, acaban marcando una era en la cultura automovilística. Es el caso del Chevrolet Corvette, el Ford Mustang y Shelby Cobra, convertidos recientemente en la fuente de inspiración de Breitling para diseñar la colección cápsula Top Time Classic Cars, formada por tres cronógrafos deportivos, de aspecto dinámico e inspirados en el mundo del motor.
Los clásicos no mueren nunca
Comercializado entre 1963 y 1967, el Chevrolet Corvette de segunda generación se inspiró en un prototipo de 1959, diseñado para las carreras, con una atractiva carrocería de bajo perfil, y que ahora da vida al nacimiento del Chevrolet Corvette Top Time, uno de los relojes de esta exclusiva colección realizado en colores rojo y negro.
Convertido en icono popular a mediados de la década de los 60 entre las estrellas de rock y los actores que se paseaban por Hollywood, el Ford Mustang comenzó a venderse con algunos modelos familiares y otros para deportistas centrados en las carreras. Este ejemplar estuvo presente en algunas de las películas más taquilleras de la época, como Diamantes para la eternidad -dirigida por Guy Hamilton en 1971-, donde Sean Connery interpreta a James Bond en su lucha por salvar la reserva mundial de diamantes. Esta leyenda del motor aún sigue en producción, y tal como lo hizo entonces, define el espíritu contemporáneo de una nueva generación de conductores. Compacto, asequible y de líneas deportivas, Breitling lo ha revivido en un reloj verde y marrón bajo el nombre de Top Time Ford Mustang.
En 1962 se introdujo en el mercado estadounidense el Shelby Cobra, creado por el campeón de Le Mans Caroll Shelby, quien supo materializar una idea de coche deportivo que combinara un chasis pequeño y ligero con un motor robusto y potente. Éxito inmediato entre los amantes de la velocidad, supuso la unión perfecta entre el diseño británico y la ingeniería aplicada en las carreras americanas. Realizado en marrón y azul, los colores del Top Time Shelby Cobra evocan la estética deportiva que popularizó el mítico piloto y fabricante de coches.
El fondo de la caja de acero de los tres modelos cuenta con un grabado del logotipo de cada automóvil, con un aspecto que presta gran atención al detalle y son resistentes al agua hasta 100 metros. Dentro de las cajas de 42 mm de las versiones Chevrolet Corvette y Ford Mustang se encuentra el calibre Breitling 25, con un movimiento cronógrafo de cuerda automática con reserva de marcha de 42 horas. El Top Time Shelby Cobra, de 40 mm, presenta el calibre Breitling 41, con movimiento cronógrafo de cuerda automática y reserva de marcha de aproximadamente 42 horas. Las correas están elaboradas en piel bovina.