Clubs privados, el pasado se impone

Clubs privados, el pasado se impone

La primera y última vez que una mujer cruzó el umbral del White´s fue en 1991, cuando la reina Isabel quiso visitar el club más aristocrático de Londres, al que sigue perteneciendo su hijo Carlos. Se dice que uno de los miembros más antiguos murmuró: “Siempre y cuando no se convierta en un hábito…”. De […]

La primera y última vez que una mujer cruzó el umbral del White´s fue en 1991, cuando la reina Isabel quiso visitar el club más aristocrático de Londres, al que sigue perteneciendo su hijo Carlos. Se dice que uno de los miembros más antiguos murmuró: “Siempre y cuando no se convierta en un hábito…”. De la docena de clubes de caballeros más exclusivos de Londres –la mayoría concentrados entre St. James Street y Pall Mall, la llamada clubland–, el White´s, fundado en 1693, es el único que no admite mujeres ni siquiera como invitadas. El Carlton, ‘cuartel general’ del partido conservador, cedió en 2008, aunque antes, en 1975, para acoger a Margaret Thatcher, tuvieron que describirla como “hombre honorario” en la ficha de aceptación. Imperturbables, otros clubes como Pratt´s, Boodle´s, Brooks´s, Travellers, Turf y Savile resisten sin admitir a mujeres entre sus miembros. Garrick, que agrupa a actores y directores, abogados y periodistas de renombre, estuvo a punto, pero el año pasado los aperturistas fueron derrotados. Ajeno a la evolución de los tiempos, el club tradicional londinense no solo ha eludido su decadencia, sino que ha recuperado su legendario esplendor: el White´s tiene una lista de espera de nueve meses.

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