De La Rioja a La Mancha: comer entre viñedos
Finca los Arandinos ¿Es un hotel, es una bodega o es algo mejor? Un complejo enoturístico completo capaz de reunir la exclusividad de un cuatro estrellas, con todas las posibilidades imaginables para convertir nuestra estancia en algo especial, con las vistas a algunos de los mejores viñedos de La Rioja, con catas y excelente base […]
Finca los Arandinos
¿Es un hotel, es una bodega o es algo mejor? Un complejo enoturístico completo capaz de reunir la exclusividad de un cuatro estrellas, con todas las posibilidades imaginables para convertir nuestra estancia en algo especial, con las vistas a algunos de los mejores viñedos de La Rioja, con catas y excelente base de operaciones para conocer otras bodegas. El exterior es obra de Javier Arizcuren y alguna de sus habitaciones han sido diseñadas por David Delfín, con todos sus guiños a unos espacios tan polivalentes como atrevidos.
Comer aquí es toda una experiencia. Su fórmula de menú por 39 euros queda más que justificada con una mezcla delicada de vanguardia y tradición. Que lo mismo te puedes comer una merluza deliciosa como un secreto de ibérico. Pero por encima de todo están sus verduras. Siempre hay algo que nos va a sorprender. Unas judías verdes o una menestra, pueden ser algo para recordar durante semanas. Siempre con vinos de la propia bodega y unos postres que sorprenden a todos los que se dejan llevar hacia la tentación. Carretera LR-137, kilómetro 4,6. Entrena, La Rioja. Tfno. 941 446 126.
Cepa 21
Pasada la vendimia, el Duero demuestra su recia personalidad. Castillos, caserones y casas de labranza son testigo de una bodega que demuestra que la vanguardia puede ser clásica. Cepa 21 es un restaurante que justifica el viaje en cualquier época del año. Desde el momento de realizar la reserva sabemos que vamos a encontrar un lugar especial.
Tanto en la opción tradicional, de 40 euros, como en la de vanguardia, de 50 euros, nos podemos quedar sumamente satisfechos. Croquetas, morcillas o mejillones son compatibles con empanadillas cantonesas o texturas de pesto. Un pulpo con patatas a la importancia son los rivales de un bacalao con pisto y tomatada. Trufas, setas y huevos pueden ser el aperitivo de un canelón de lechal o unos salmonetes con arroz negro.
A veces se tiene la sensación de que el “director” de esta orquesta de sabores queda en un segundo plano. No se preocupen, que la presencia de Alberto Soto se nota en cada producto que sale de la cocina. Carretera N-122, kilómetro 297. Castrillo de Duero, Valladolid. Tfno. 985 484 084.
Hostal del Castell de Gimenelles
Hay que conocer un lugar del que los clientes hablan tan bien. Y aquí se va, se conoce y se repite, porque es un lugar excelente. En la comarca del Bajo Penedés, famosa por su entorno montañoso y sus playas de arena fina, saben cómo atender al turista sofisticado. En este clima mediterráneo de costumbres arraigadas se encuentra este hotel rural, al que el término hostal le hace más acogedor.
Aquí se habla de tranquilidad y calidad de vida, porque se entienden las cosas con sentido común. Se trata de una aislada y tranquila casa rústica del siglo XVIII cuyos corrales han sido reconvertidos en enormes jardines para placer el visitante y con varios comedores de ambiente hogareño con una carta a la altura de lo esperado. El huerto ecológico nutre de productos de temporada la carta del restaurante, entregado al arte de la cocina tradicional catalana. ¿Carta? Mejor sigue los consejos de Jordi y su mujer… siempre aciertan. Castell de Gimenelles. Sant Jaume dels Domenys. Tfno. 977 678 193.
Bodegas Real Valdepeñas
Si hablamos de cultura vinícola no podía faltar Valdepeñas, localidad dedicada al vino que nos ofrece la posibilidad de experimentar el enoturismo en toda su plenitud. El de su Bodegas Real es un desvío obligado, y en medio de inmejorables vistas bañadas por la atmósfera y luz manchegas, nos explicarán un proceso de elaboración apasionante y nos ofrecerán catas de los mejores caldos del país.
El Umbráculo, su restaurante, nos permite descubrir también su gastronomía con vistas al horizonte, platos al punto que nos abren la puerta a los aromas de una de las gastronomías más estimulantes del país. Hay vida más allá del Quijote. Ni hambrunas, ni miserias, que aquí hay perdices escabechadas, lomitos de venados, guisos de jabalí y delicados pistos… ¿Algo más? Pues mucho y bueno, que la carta es amplia y el servicio a la altura de las expectativas. Carretera de Cózar, kilómetro 12,800. Valdepeñas, Ciudad Real. Tfno. 926 338 001.
Vivanco
El logroñense Pedro Vivanco no fundó sus bodegas para ganar premios, sino para rendir honor a su gran pasión, la cultura y el legado del vino. Pero el ganador de la Medalla de Oro al Mérito del Trabajo de 2014, con su monumental proyecto (concebido tanto como fundación cultural y también experiencia completa para el visitante), no ha triunfado por azar.
Estamos ante el gran parque temático del vino, que en lo gastronómico nos ofrece tanto innovación como tradición. Su Gastro Bar, con sus pinchos y tapas, se complementa perfectamente con sus dos asadores, expertos en la práctica del winecooking, junto a otras propuestas de cocina tradicional. Cursos, conferencias, catas, excursiones, celebración de eventos... todo cabe en Vivanco, donde por supuesto no falta el alojamiento y la tienda. Carretera N-232, kilómetro 442. Briones, La Rioja. Tfno. 941 322 340.