Donut parece, croissant no es: la moda del ‘cronut’ llega a España
Creado en Nueva York por el chef francés Dominique Ansel, hace algún tiempo que están causando furor en la Gran Manzana y en las redes sociales. Allí los afortunados que consiguen hacerse con uno tras largas colas de espera y previo pago de 5 dólares suben sus fotos a modo de trofeo para poner verdes […]
Creado en Nueva York por el chef francés Dominique Ansel, hace algún tiempo que están causando furor en la Gran Manzana y en las redes sociales. Allí los afortunados que consiguen hacerse con uno tras largas colas de espera y previo pago de 5 dólares suben sus fotos a modo de trofeo para poner verdes de envidia al resto de usuarios.
Un cronut podría definirse como la unión del donut con el croissant que un día creó Ansel para maridar los bollos más representativos de su país natal con los de su lugar de residencia. El cronut recoge lo mejor de cada uno de ellos, la masa del croissant y la forma y los glaseados del donut. Pero lo que en apariencia es sencillo de unir técnicamente no lo es en absoluto. La masa del croissant debe ser primero fermentada y después frita en lugar de horneada, debiendo ser muy cuidadosos a la hora de sumergirlo en el aceite caliente para que la masa no pierda volumen ni se deforme. Además la receta del croissant se tuvo que modificar en varias ocasiones para que la proporción de ingredientes permitiera obtener un cronut esponjoso como un donut pero manteniendo la textura del coissant. Los diferentes sabores de glaseado y rellenos hacen el resto para que nos enamoremos a primera vista.
Resulta realmente ligero, recordando a un buñuelo, o un pastel de crêpes, pero lo mejor es probarlo uno mismo para poder opinar. Vait Pastelerías nos los ha acercado a Madrid para no tener que volar hasta Manhattan ni pagar 5 dólares por cada uno de ellos. Aquí el precio es de 2,20 euros por unidad y están disponibles en 4 variedades: con glaseado de chocolate, glaseado de frambuesa, glaseado de limón con hilos de frambuesa o relleno de crema. Y en Barcelona pueden adquirirse en los ocho establecimientos que las panaderías Santa Gloria tienen repartidas por toda la ciudad.
Muchos dirán que son modas “de fuera” y que lo nuestro es mejor, pero lo cierto que para el buen goloso siempre hay sitio para un dulce nuevo, venga de donde venga. Por probar no perdemos nada… excepto la línea.