El legado creativo de Audemars Piguet

Hace algo más de un año que llegó a Audemars Piguet, donde desde entonces ejerce como Country General Manager para la península ibérica. Carmen Sáenz Varona ha descubierto desde entonces algo que define y diferencia a la manufactura: “Hay pocas marcas que cuiden tanto su legado”. Y lo razona: “Una de las cosas que la diferencian es que es una empresa familiar; es así desde hace cuatro generaciones y su filosofía es mantener y conservar una forma de hacer las cosas. Hay un momento en el que incluso se olvida del lado comercial para centrarse en lo que representa el Vallée de Joux”. Una tarea que se ve facilitada porque “tenemos la suerte de contar con un gran presidente, con un carácter visionario, que sabe por donde debe ir la marca. Tenemos muy claro cómo respetar la tradición y al mismo tiempo romper las reglas. Es nuestro legado, ese que nos permite reinventarnos continuamente, pero al mismo tiempo mantener la historia”.

Audemars Piguet, el valor de las buenas ideas

Ricardo Balbontín

Un momento bello

Un mensaje claro y que demuestra “que Audemars Piguet se encuentra en un momento especialmente bello, en el que sabes dónde estás, a dónde vas y cuál es tu misión. Esto ya era así cuando me incorporé a la compañía, y entonces me planteé qué es lo que tenía que hacer con algo tan definido. La respuesta fue optimizar el presente para asegurarme el éxito futuro”, aclara Carmen Sáenz. Y entran en escena los objetivos, que “son muchos. Tenemos una clientela muy fiel, somos una marca muy respetada, aunque a mí lo que me gustaría es que fuéramos más conocidos por el gran público y reforzar la parte aspiracional para seguir creciendo”. Y eso que en lo que se refiere al mercado bajo su control, “estamos viendo que el español ha vuelto a comprar y ha vuelto a soñar. No compra al ritmo de los años previos a la crisis, pero es un buen síntoma, lo mismo que ahora tenemos un turismo de más calidad en lo que se refiere a compras”. Carmen Sáenz habla también de la mujer y de “la relación muy especial con la marca. Las mujeres se sienten muy atraídas por AP”. Y recuerda cómo comenzó ella su ‘relación’ con la marca: “Cuando yo trabajaba en Cartier , ya decía que el Royal Oak era uno de los mejores relojes de la historia. Era un icono, algo solo al alcance de una pocas marcas. Quién me iba a decir a mi que con el tiempo trabajaría en AP”.