Gentleman Jack, el regalo perfecto para beber estas fiestas con elegancia

Con un proceso de elaboración inspirado en el primer maestro destilador y fundador de la marca, Gentleman Jack destaca por su final suave, conseguido a través de un segundo filtrado por carbón de arce sacarino, por el que se obtiene también su aroma equilibrado. Un proceso que comienza con el whisky destilado a 70 grados que y posteriormente se somete a un proceso de maduración con carbón. A través de él, la gravedad hace su trabajo, cayendo gota a gota, en un proceso a través del cual el whisky se transforma.

En palabras del maestro destilador de Jack Daniel's, Jeff Arnett, "el carbón logra en unos días lo que tarda la barrica un par de años en conseguir". Un punto de partida que hace a este whisky diferenciarse sobre las opciones existentes en el mercado, gracias a este paso adicional previo a introducirlo en las barricas. Un comienzo marcado también por la calidad del agua de la cueva Spring Hollow, en Lynchburg, Tenessee (Estados Unidos), donde se ubica la destilería que produce el legendario whisky. Un total de 3.000 litros de agua subterránea, limpia de impurezas, se convierte en la esencia de este destilado excepcional. Las capas de cal de la cueva aportan un conjunto de minerales capaces de crear el carácter único y diferenciado de Gentleman Jack. Todas las botellas que la firma produce contienen este agua de manantial.

Factores como las propiedades de la barrica o el lugar donde se almacenan dan origen a distintos niveles de maduración. Por ejemplo, el whisky situado en las zonas más altas de barrel house, donde los cambios de temperatura son más acusados, madura antes que los situados más abajo, donde el ambiente se mantiene más estable. 

Así, durante estas fiestas Gentleman Jack se convierte en el compañero ideal para deleitar a los paladares exigentes. Se puede beber solo, con hielo o utilizarlo como ingrediente protagonista en algún cóctel preparado para la ocasión. La casa propone el 'Gentleman Sour', elaborado con naranja dulce, toques de vainilla y menta. Una mezcla que ofrece un equilibrio perfecto gracias a los aromas cítricos y florales. Además, su suavidad lo convierte en una opción diferente para maridar alimentos como el queso o las uvas.