Hublot, la magia de los mecanos

Hublot, la magia de los mecanos

A Hublot se le distingue por suna estética sencillamente diferente, pero también por su particular visión de la ‘geografía’ de los calibres relojeros. Eso es lo que ha transmitido en creaciones como el Big Bang Meca-10, una excelente representación del arte del esqueletado que la casa, ahora, magnifica con la incorporación de otro de sus […]

A Hublot se le distingue por suna estética sencillamente diferente, pero también por su particular visión de la ‘geografía’ de los calibres relojeros. Eso es lo que ha transmitido en creaciones como el Big Bang Meca-10, una excelente representación del arte del esqueletado que la casa, ahora, magnifica con la incorporación de otro de sus ‘éxitos’ creativos de los últimos años, el Magic Gold, ese oro patrimonio de la firma de Nyon que resiste las rayaduras y que nace de la fusión del metal de 24 quilates con la cerámica. Ricardo Balbontín El Magic Gold es una aventura que Hublot inició hace cinco años y que patentó como un elemento tan revolucionario como resistente. De hecho, en su registro queda claro que el material resultante de esta fusión, un oro de 18 quilates, tiene una dureza cercana a los 1.000 vickers. Evidentemente, es el resultado de un proceso minucioso en el que es necesario emplear el diamante para poder trabajar la superficie y que cuenta con el certificado de la Oficina de control de metales preciosos suizo. Son ellos los que ratifican que estamos ante el primer oro del mundo que es irrayable. Presente ya en algunas de las grandes creaciones de la firma, es el momento de plasmarlo también sobre el Meca-10, un nombre tan sugerente como lo es su inspiración, el mecano. Porque eso es lo que en realidad se adivina en un primer vistazo sobre el reloj; una construcción que recuerda al popular juego y que permite observar los dos barriletes que permiten almacenar la energía para diez días de funcionamiento de este reloj de cuerda manual y que se plasma en una indicación doble en la esfera. También en la esfera, a las 7 horas, se puede disfrutar con la visión del órgano regulador, que en este calibre aparece unido al pequeño segundero. Un trabajo mecánico de primer nivel que ahora tiene un ‘contenedor’ excepcional, con un diámetro de 45 mm y que además incorpora la resina negra en el bisel inferior y la cerámica negra pulida en el fondo de la caja. De esta pieza, solo se producirán 200 unidades. Paco Guarnaccia

ETIQUETAS:
  • Relojes