La fortaleza del oro
La primera apuesta del año mostrada por Bulgari en la LVMH Watch Week celebrada en Miami tiene al oro, y en especial al amarillo, como protagonista. La primera declinación se registra en el Bulgari Bulgari. Nacido como Bulgari Roma en 1975, la colección ha conservado siempre esa aura distintiva que le aporta su bisel grabado. […]
La primera apuesta del año mostrada por Bulgari en la LVMH Watch Week celebrada en Miami tiene al oro, y en especial al amarillo, como protagonista. La primera declinación se registra en el Bulgari Bulgari. Nacido como Bulgari Roma en 1975, la colección ha conservado siempre esa aura distintiva que le aporta su bisel grabado. Desde su renacimiento en 2019, la casa recuperó ese carácter elegante y lo refinó con un brazalete metálico y nuevos calibres automáticos.
Estas piezas de nuevo cuño que ahora se presentan se visten de oro amarillo (el material original) y en oro rosa; y lo hacen en dos diferentes tamaños. El primero tiene una caja de 38 mm con fondo transparente para la visión completa del calibre BVL 191 automático. El segundo, de 26 mm de diámetro y movimiento de cuarzo, tiene un grosor de apenas 6,35 mm, lo que le confiere un aire más femenino.
Hace diez años llegaba al mercado Lvcea, una colección que se convertía en una nueva interpretación de Bulgari alrededor de los relojes joya, consolidando su reputación como el “joyero romano del tiempo”. Celebrando esa década creativa, las líneas del reloj inspiradas en la joyería se han refinado con elegancia. Y como prueba de ello, más allá de su esfera engastada con diamantes, Bulgari da un nuevo sentido a la esfera tanto con la utilización del nácar como con un llamativo trabajo ejecutado a partir de incrustaciones de malaquita, lo que convierte a cada pieza en algo único porque ninguna esfera es igual.
La versión de 33 mm, con un grosor de 9,16 mm, está impulsada por un calibre mecánico automático con una reserva de marcha de 42 horas. Alternativamente, se oferta una versión de 28 mm que viene equipada con un movimiento de cuarzo, lo que permite un grosor de solo 7,72 mm. En lo que respecta al conjunto del reloj, el brillo del bisel, ya sea de acero o de oro rosa, se combina armoniosamente con un brazalete metálico.
Una tercera propuesta bañada por el oro –en este caso también amarillo– se produce en el Octo Finissimo, que ofrece ahora una estética atemporal bajo una nueva luz con el efecto brillante sobre las 58 facetas que registra la caja que, además, exhibe unos ángulos totalmente arquitectónicos que desembocan en un brazalete de oro amarillo satinado. La esfera, lacada en azul profundo con acabado de rayos de sol, completa la suntuosidad del oro. Con un diámetro de 40 mm y una delgadez de tan solo 6,4 mm, en su interior incorpora el calibre interno BVL 138, de cuerda automática y con el carácter ultraplano como distinción