La intrépida evolución de Tudor

La intrépida evolución de Tudor

Tudor acompaña su éxito creativo con una campaña rompedora que responde al nombre de ‘Born to dare’ (Nacido para atreverse), y que introduce entre sus nuevos embajadores a David Beckham – junto al equipo de rugby de los All Blacks y uno de sus jugadores–. La trayectoria del futbolista inglés personifica los valores y la […]

Tudor acompaña su éxito creativo con una campaña rompedora que responde al nombre de ‘Born to dare’ (Nacido para atreverse), y que introduce entre sus nuevos embajadores a David Beckham – junto al equipo de rugby de los All Blacks y uno de sus jugadores–. La trayectoria del futbolista inglés personifica los valores y la audacia que tradicionalmente han acompañado a la casa Tudor. Beckham, tras abandonar el fútbol activo se ha convertido en emprendedor, filántropo y en modelo de estilo. Una de sus actividades principales se encuentra en la protección y bienestar infantil; embajador de la Buena Voluntad de UNICEF, dedica mucho tiempo a las acciones que afrontan la salud y la educación de los niños en África. Todo un mensaje al que suma su carácter de icono, de referente. Tradición e innovación Tudor ha convertido la campaña ‘Born to dare’ en su particular manifiesto que comienza rotundo: “Reivindicamos lo clásico, pero transgredimos el statu quo”, o lo que es lo mismo, a la inspiración de la tradición se le suma la innovación y el carácter pionero en sus creaciones, apoyado en la tecnología más avanzada. Es decir, hay una fusión de lo original con lo contemporáneo y, al final, hablar de Tudor es hacerlo de los que arriesgan. Y aquí aparece la figura de David Beckham como paradigma de todo ello, como hombre polifacético y con buen gusto. Como el propio ex jugador reconoce “A un inglés le encanta un traje elegante y un buen reloj. Combinan juntos a la perfección”. Quizás por ello, el modelo que luce es un Black Bay S&G, pieza de submarinismo que combina el acero y el oro y que tienen un componente de inspiración clásico. Siguiendo con el manifiesto, hay que hablar del carácter del producto: “Conservamos lo mejor del pasado, los métodos de relojería y el diseño; pero desafiamos los límites de la innovación”. Solo hay que atender a ese calibre manufactura de los Black Bay. Cinco años de desarrollo y unos estándares de precisión y autonomía como manda la relojería de alta calidad. “Hemos nacido con un propósito, hemos superado las pruebas más extremas”. Con este punto, Tudor recuerda que los relojes creados por la casa han sido concebidos para afrontar la aventura, para ser testigos de expediciones y ser instrumentos fiables. El manifiesto se cierra corroborando todo lo anterior: ‘Para los que están dispuestos a todo. Para los que afrontan sus miedos. Para los que se reinventan cada día. Un Tudor es para los que arriesgan”.

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