Las cosas más raras que los estadounidenses han encontrado en el interior de sus salchichas

Los estadounidenses consumen más de 7.000 millones de perritos calientes entre mayo y septiembre cada año: de media, cada estadounidense regala a su sistema digestivo 21 salchichas durante ese periodo, lo que sale prácticamente a dos hot dogs por habitante y semana. Todos con su panecillo, sus salsas y los complementos más variados que queramos imaginar, desde cebolla frita hasta pepinillos, pero sobre todo salchichas, y ahí es donde llega la gran pregunta: ¿qué hay dentro de ellas?

La respuesta es que hay carne, por supuesto, y bien sabrosa en la mayoría de las ocasiones, aunque uno no puede tener suerte siempre: 7.000 millones son demasiados miles de millones de salchichas como para que no haya alguna que salga con algún defectillo que acabe entre los dientes de algún incauto, así que en la revista Time han decidido preguntar al gobierno por las quejas que hayan podido recibir al respecto.

Haciendo uso de la Ley de Transparencia (Ley de Libertad de Información por su nombre en inglés), han podido averiguar que en los últimos años, 38 estadounidenses han encontrado elementos extraños dentro de sus hot dogs y han elevado algún tipo de queja formal a las autoridades. Cierto, no es que el número de quejas sea elevado, pero la cantidad se suple aquí con la ‘calidad’, ya que algunos de los objetos –y animales– encontrados son de lo más sorprendente.

Entre las sorpresas en el interior de las salchichas, los estadounidenses denunciaron a las autoridades la presencia de “una hormiga grande”, “una bola de pelo (que parecen pestañas)”, “una aguja que parece de inyecciones”, “un fragmento del filo de un cutter”, “una píldora”, “una tijereta”, “algo que parecen larvas de insecto”, “una moneda de 10 centavos” o “una tuerca blanca”, de acuerdo con los datos revelados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). Por supuesto, la presidenta del Consejo Nacional del Perrito Caliente y la Salchicha asegura que el bajo número de quejas “sugiera que hacemos un buen trabajo teniendo en cuenta el número [de salchichas] que producimos”.  Habrá que fiarse de ella… o pasarse a algún otro tipo de comida.