Le Bristol París: un recorrido por el hotel más icónico de los Campos Elíseos
Alta gastronomía, tratamientos de bienestar y unas vistas inmejorables de la ciudad son solo algunas de las ventajas que ofrece alojarse en Le Bristol París. A un minuto de los Campos Elíseos, convierte la estancia de todo turista en una experiencia de ensueño.
Famosa por su glamur, su carácter bohemio y su alto valor cultural e histórico, la ciudad de París sabe bien cómo seguir conquistándonos. Su destacada oferta hotelera, que hace honor al gran número de turistas que recibe cada año, es una de las grandes ventajas de la capital francesa. En esta ocasión nos centramos en uno de sus hoteles más reconocidos a nivel internacional gracias a sus exclusivos servicios.
Hablamos de Le Bristol París, cuyo señorial edificio podemos considerar un auténtico icono de la ciudad. Situado en la prestigiosa Rue du Faubourg Saint-Honoré a un minuto de los Campos Elíseos, esta construcción suma más de un siglo de historia, lo que queda reflejado en cada uno de los detalles que componen su interior y su exterior; el escenario ideal para pasar unos días en una de las ciudades más bonitas del mundo.
Unas suites de ensueño
Para empezar, en sus suites el sueño de muchos huéspedes puede hacerse realidad al ofrecer vistas impresionantes de la torre Eiffel. El hotel cuenta con 190 increíbles habitaciones decoradas con un sofisticado estilo del siglo XVIII, creando un ambiente acogedor y lujoso. Sus tamaños pueden variar, desde las habitaciones de 40 metros cuadrados hasta la Suite Imperial de 320 metros cuadrados, y todas gozan de una abundante luz y una armoniosa mezcla de frescura, elegancia e intimidad. Cómo no hay dos huéspedes iguales, la decoración de cada habitación es diferente y encarna una historia única con elementos cuidadosamente escogidos.
Además de 40 junior suites, Le Bristol París ofrece dos Terrace Suite de 110 metros cuadrados, cada una con jardín en la azotea de 120 metros cuadrados. También dispone de nueve Signatures Suites. La suite París, es un espacioso apartamento de 195 metros cuadrados con baño turco, y su terraza es el escenario perfecto para disfrutar de una noche romántica bajo el cielo parisino. Por su parte, la suite Luna de Miel ofrece vistas panorámicas de la Torre Eiffel y por último la Suite Imperial, la más grande de Le Bristol con 320 metros cuadrados, ofrece vistas al patio central del hotel, cuenta con dos dormitorios, una sala de estar y un comedor con suelos de parqué de Versalles.
Alta gastronomía en el corazón de París
En cuanto a su oferta gastronómica, Le Bristol París reúne un total de cuatro estrellas Michelín. Su Café Antonia es un espacio inundado de luz natural durante el día inspirado en el espíritu de María Antonieta, donde se puede disfrutar de un auténtico desayuno parisino. Por su parte, la alta gastronomía del restaurante de tres estrellas Michelin Epicure conquista a todo gourmet con el chef Arnaud Faye al frente.
Otra de las joyas gastronómicas del hotel es Brasserie 114 Faubourg reconocido con una estrella Michelin. Diseñado con una decoración cálida y vibrante, el menú, también diseñado por Faye, consta de platos tradicionales, ofreciendo a los comensales la experiencia de una cocina de alta calidad que a la vez es sencilla y creativa y que trabaja con ingredientes tradicionales. Por último, Le Bar du Bristol ofrece un relajante refugio intimo para terminar la tarde y disfrutar de una noche parisina.
Amplios servicios de bienestar
No podían faltar en un hotel tan icónico los servicios de bienestar. El hotel dispone de ocho salas de tratamiento equipadas con líneas de productos y técnicas exclusivas, masajes personalizados y protocolos a medida, el equipo hace cada tratamiento y ritual una experiencia excepcional que se adapta a las necesidades de cada huésped.
En el Spa Le Bristol by La Praire podemos disfrutar de un tratamiento Sensorial Resets altamente innovador con una gama de cinco programas que proporcionan a la piel una limpieza profunda. Sensorial Rests va mucho más allá de cualquier tratamiento facial que haya ofrecido antes un hotel, y fomenta el restablecimiento completo de la piel, el cuerpo y la mente.
Un hotel para amantes de los gatos
Por último, Le Bristol París puede presumir de tener un elemento diferenciador respecto a otros hoteles de la ciudad, un tesoro inigualable: su huésped más VIP, un gato llamado Socrate. Residente permanente del edificio, este precioso gato sagrado de Birmania se pasea por el edificio como si fuera suyo, y de alguna forma, lo es. A menudo descansa en la recepción o en los amplios salones.
Con su elegante pelaje blanco y su mirada serena, Socrate se ha convertido en una figura emblemática que añade un encanto especial al hotel. Su presencia se ha vuelto tan icónica que se le considera no solo como un miembro más del personal, sino como un embajador no oficial que personifica la sofisticación y la hospitalidad de Le Bristol.