Rado: la alianza con el diseño

Uno de sus elementos distintivos y diferenciadores está en el diseño. Eso es lo que ha hecho de Rado, junto a su peculiar tratamiento de la cerámica, una marca que sobresale del resto y se distingue sin necesidad de mirar a su esfera. Ahora, más que nunca, ese ejercicio de diseño es fiel a lo que representa, pues en la creación de estas tres piezas han intervenido tres diseñadores – Samuel Amoia, Big-Game y Rainer Mutsch– que han dado su particular visión del Rado True. El primero de ellos recibe el apelativo de Blaze, ha sido diseñado por Samuel Amoia y está limitado a 1.001 piezas. Homenaje al glamour, su caja de cerámica de plasma es puro brillo, como si fuera una bola de espejos. Algo que se traslada a una esfera de efecto metálico plateado tan solo interrumpido por los índices horarios dorados. El segundo, el Rado True Phospho, juega sin embargo con el color negro mate para ‘uniformar’ tanto su caja de 40 mm como el brazalete. Por supuesto, todo ello con la cerámica de alta tecnología como protagonista. La esfera es de latón negro, y ha sido perforada, lo que permite ver el mecanismo automático. Los índices en esta pieza han sido rellenados con SuperLuminova. El creador es Big-Game y está limitado a 1.003 unidades. Cierra este trío de diseño el Rado True Stratum. Una pieza, ideada por Rainer Mutsch, con una esfera declinada en color negro que presenta un sutil diseño en forma de escalones descendentes y asimétricos que se convierten en un efecto tridimensional que dota de textura a la carátula. El resto de los elementos dispuestos sobre ella como la aguja horaria y el minutero rodiados, o el segundero en color amarillo, ofrecen el contrapunto de color a la creación. Obviamente, como en los anteriores, siempre bajo el mandato de la cerámica en la caja. El material distintivo de Rado. Está limitada a 1.001 piezas.