Butaca en madera de la británica Faye Toogood.

Regreso al pasado remoto: el neoprimitivismo inspira el diseño que viene

Una potente generación de diseñadores busca inspiración y refugio en las culturas ancestrales para crear muebles y objetos decorativos. Los materiales nobles y las técnicas artesanales nutren esta invitación a huir de un presente confuso.

Todo es posible y todo sucede a un tiempo en la postmodernidad digital. Todo se vuelca en nuestra mirada y todo se solapa sin descanso. El arte y la estética sirvieron para explicar y dar sentido a lo que nos rodea, pero en nuestro híperpresente líquido las prácticas creativas ya no surgen a través de un estilo que define y conforma su tiempo. Ahora todo vale. Y en ese caos perfecto muchos se refugian en la esencialidad que conecta con un espacio ancestral de la existencia, con aquello que nos ayuda a regresar a lo que es puro y verdadero.

Quizás por ello, muchos artistas y diseñadores recuperan la artesanía, forma expresiva denostada durante un tiempo en el que la tecnología del vídeo, la fotografía o los materiales sintéticos ocuparon la escena artística, desde finales de los años 80, en la que, en gran medida, el concepto intelectual sustituyó al placer sensual.

Las mesitas de apoyo de Destroyers Builders tienen reminiscencias de dólmenes megalíticos, con una estética entre brutalista y prehistórica.
Las mesitas de apoyo de Destroyers Builders tienen reminiscencias de dólmenes megalíticos, con una estética entre brutalista y prehistórica.

La marca Loewe entendió a la perfección el reciente basculamiento hacia la importancia de lo manual, de la lentitud y la integridad de los elementos, cuando creó su Craft Prize. Uno de los seleccionados en sus primeras convocatorias, el proyecto japonés llamado ARKO, trabaja trenzando varillas vegetales. “En la actualidad, productos elaborados con materiales artificiales o bajo la premisa de contaminación ambiental se crean y desechan a gran escala –afirman sus impulsores como declaración de intenciones–. Nuestro trabajo podría inspirar sentimientos de providencia natural o el gran poder de las formas de vida naturales, que a menudo se pasan por alto en la sociedad actual orientada a la rentabilidad”.

Reactualizar la naturaleza

La conexión con la naturaleza era inevitable cuando los seres humanos vivían en contacto directo con ella, sobrevivían a su crudeza. Los diseños incluidos en estas páginas recuerdan las formas sencillas e inmediatas de lo primitivo. Los dólmenes sagrados están en las mesitas de apoyo, aunque parecen taburetes, creados por Destroyers Builders, uno de los nuevos colectivos de diseño contemporáneo con más proyección internacional, fundado por la creadora holandesa Linda Freya Tangelder (1987). Sin embargo, la inspiración para esta obra llega de la arquitectura brutalista de Lina Bo Bardi; para ser más precisos, de las ventanas de formas orgánicas que diseñó para uno de sus edificios más emblemáticos, el SESC Pompeia en Sao Paulo, que según Tangelder “era una forma de traer la naturaleza a nuestro día a día”. De esa memoria natural surgen estas piezas de madera lacadas que forman parte de una línea más amplia de mobiliario.

El japonés ARKO teje estructuras de varillas vegetales con técnicas tradicionales de su país.
El japonés ARKO teje estructuras de varillas vegetales con técnicas tradicionales de su país.

El estadounidense Casey McCafferty (1989) tiene una relación mucho más directa con el arte y los diseños primitivos, que también se denominan indígenas aunque recientemente los expertos suelen referirse a ellos como de los pueblos originarios. Este tipo de creaciones atraen un interés creciente, a veces por razones más políticas que estéticas o poéticas. Al contraponer la filosofía espiritual y existencial occidental o eurocéntrica a la idealizada de aquellas culturas ancestrales, se construye una crítica a los sistemas socioeconómicos y culturales contemporáneos desde posiciones ideológicas.

“Mi trabajo representa un regreso a la conexión orgánica con el paisaje que inspiró las primeras instancias de expresión escultórica y me impulsa a explorar nuevas formas”, explica McCafferty, cuyas obras sintetizan lo abstracto y lo figurativo. Los mitos, rituales y tradiciones ancestrales crean un estilo personal e inconfundible que toma forma de tótems, tronos y máscaras, objetos casi mágicos que tienen en la madera tallada el elemento esencial que transmite una conexión total con la naturaleza.

Trono diseñado por Casey McCafferty.
Casey McCafferty ha diseñado un trono que puede encontrarse en la galería londinense Fumi y está esculpido en madera de nogal.

El mobiliario de la británica Faye Toogood (1977) es también básico y profundo. Su creatividad se ha dejado llevar más allá de los objetos domésticos, adentrándose en la moda con unas colecciones minimalistas que siempre contienen gestos de modernidad atemporal. Sin embargo, se hizo conocida hace algo más de un lustro por las sillas y butacas de líneas gruesas, limpias y a la vez extrañas –asiento curvo y patas como de elefante– que han evolucionado hacia formas rudas (en la página anterior), pero igualmente sofisticadas. Marcas como Hermès se han rendido a su elegancia elemental, encargándole interiorismos y piezas para algunas de sus tiendas, como la más emblemática de ellas: la de Faubourg Saint-Honoré de París, donde ideó soportes y esculturas para presentar la colección de joyería creada por Pierre Hardy. Pero su fuerte es el diseño de muebles que en ocasiones, como su Assemblage 7, deriva hacia una estética menos contemporánea de la que la hizo famosa. “Sentí que estaba revelando algo que siempre había estado ahí, algo casi prehistórico que se había perdido en el tiempo y era mi trabajo encontrarlo de nuevo”, ha dicho Toogood sobre esta serie, que se llama Lost and Found en referencia a su carácter arqueológico.

También de una excavación o de una misión etnográfica del siglo XIX parecen recuperadas las piezas de Lena Peters: jarrones y cerámicas que juegan con el folclore y las narrativas míticas de las culturas antiguas. Graduada en la Central Saint-Martins de Londres, sus pequeñas estatuas y figuras evocan tradiciones populares y cultos domésticos de todo el mundo, pero principalmente europeos, al combinar creencias paganas y primitivas con iconografía cristiana.

Cerámica de Lena Peters.
La cerámica de Lena Peters se inspira y celebra las culturas antiguas europeas, como la romana y la celta. Sus vasijas y jarrones parecen sacados de un museo arqueológico y le sirven para desarrollar narrativas míticas alternativas.

La confusión que genera este magnífico ejercicio de realismo ficticio parece contagiarse de la aceleración contemporánea. Sin embargo, su estética ancestral también es testimonio de que, más que repetirse, el arte y la historia regresan a sus orígenes para recordarnos de dónde venimos y quiénes somos.

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