Ruta culinaria por León, el templo gastronómico español de 2018
La capitalidad gastronómica que León luce durante todo el 2018 se presenta como una buena excusa para visitar esta villa encantadora, tenedor en mano y con el paladar bien dispuesto. Aunque el espíritu y los atractivos de la ciudad invitan a callejear, perderse, curiosear en las tiendas consagradas al producto local –chorizos y morcillas con […]
La capitalidad gastronómica que León luce durante todo el 2018 se presenta como una buena excusa para visitar esta villa encantadora, tenedor en mano y con el paladar bien dispuesto. Aunque el espíritu y los atractivos de la ciudad invitan a callejear, perderse, curiosear en las tiendas consagradas al producto local –chorizos y morcillas con nombre y apellido, cecinas memorables, botillo, quesos, alubias de La Bañeza, lentejas pardinas de la Tierra de Campos...– y dejarse guiar por el olfato a la hora de reponer fuerzas, nunca está de más tener en cuenta recomendaciones bienintencionadas, como las que apuntamos en estas páginas.
En el obligado periplo tabernario por el Barrio Húmedo –y su extensión, el Romántico, igualmente concurrido–, bien vale la pena hacer escala en Camarote Madrid, de insólita estética marinera, donde las delicatessen de la tierra conviven con especialidades de acento más bien andaluz; el Bar Miche y La Bicha –ambos vecinos de la Plaza de San Martín–; El Patio, que sirve una fabulosa cecina en la Plaza Torres de Omaña, y Rúa 11, vermutería enciclopédica con más de 170 referencias.
Si la intención es sentarse a la mesa y disfrutar de una comida más pausada, una buena alternativa es La Trastienda del 13, estratégicamente situada frente a la imponente Catedral de León. Vinoteca-restaurante de look cuidadosamente vintage y ambiente informal, su cocina pone en relieve el producto de temporada, con un matiz cosmopolita que no se contradice con la esencia leonesa.
A 20 minutos a pie de allí, en un discreto local de la calle Campanillas se encuentra Cocinandos, referencia de la culinaria moderna de León y único restaurante de la ciudad bendecido con estrella por Michelin. Lo regentan Yolanda León y Juanjo Pérez, que en breve se trasladarán a una nueva ubicación en la Casa del Peregrino, donde seguirán profundizando en su brillante propuesta de cocina castellana creativa en clave contemporánea.
También se alinea con la vanguardia Lav, instalado en un espacio de estética rompedora, con vistas a la Plaza de Santo Domingo, concebido por el interiorista Pascua Ortega. Al frente de un equipo joven y motivado, el chef Javier del Blanco sorprende con platos que rompen con la querencia conservadora leonesa, como la oreja de cerdo con mole y vinagreta de limón o la kokotxa de bacalao confitada con pil pil de pimiento verde, verdina y pistachos guisados.
DE LA MESA A LA BARRA
De la misma propiedad, aunque con un tono mucho más tradicional, Casa Mando ha tomado el relevo de uno de los grandes clásicos de la ciudad, el mesón Conde Luna –abierto en 1964– para defender los principios de la mejor cocina de mercado y ejecutar el recetario vernáculo con rigor e inspiración: manitas a la leonesa con garbanzos pico pardal de las vegas bañezanas, chuletón del norte criado en las montañas...
Este último restaurante se aloja en dependencias del hotel Conde Luna, donde conviene hacer noche aunque más no sea para tener el lecho lo más cerca posible del entrañable Bar Americano, coctelería clásica como las que ya no hay, comandada por el incombustible bartender Manolín. El mismo hotel, recientemente restaurado, dispone en su azotea de una buena alternativa para un condumio informal, Nimú, disfrutando de la mejor panorámica de esta ciudad, donde hay mucho que ver, comer y beber.