¿Seremos capaces de diseñar a nuestros hijos y a nosotros mismos?
* El periodista y divulgador científico Mark Jannet modera esta conversación que sentó alrededor de una mesa a: Catherine Mohr: ingeniera, médica, vicepresidenta de estrategia de Intuitive Surgical y creadora del robot quirúrgico Da Vinci. Siddharta Mukherjee: médico, biólogo, oncólogo y ganador del Premio Pulitzer 2011 de no ficción por El emperador de todos los […]
* El periodista y divulgador científico Mark Jannet modera esta conversación que sentó alrededor de una mesa a:
Catherine Mohr: ingeniera, médica, vicepresidenta de estrategia de Intuitive Surgical y creadora del robot quirúrgico Da Vinci.
Siddharta Mukherjee: médico, biólogo, oncólogo y ganador del Premio Pulitzer 2011 de no ficción por El emperador de todos los males: una biografía del cáncer.
Regina Barzilay: profesora en el Instituto de Tecnología de Massachusetts y miembro de su Laboratorio de Informática e Inteligencia Artificial.
George Church: profesor de Genética en la Escuela de Medicina de Harvard y director de PersonalGenomes.org.
Jennifer Egan: escritora. Su novela más reciente, Manhattan Beach, recibió en 2018 la Medalla Andrew Carnegie a la Excelencia en la Ficción.
Mark Jannot: "Durante años, muchas mujeres embarazadas se han sometido a una amniocentesis para detectar problemas fetales. Y las parejas que utilizan la fertilización in vitro pueden examinar los embriones en busca de anomalías genéticas. ¿Qué tipo de avances en el diagnóstico y la manipulación genética se avecinan, y a dónde nos lleva eso?"Catherine Mohr: "Cuando estaba embarazada de mi hija, mi marido y yo bromeábamos: “Bueno, si hereda lo mejor de los dos, será una superhéroe, y si se lleva lo peor de los dos, no va a salir de primer grado”. La tentación de diseñar lo que tú consideras la mejor combinación, a medida que seamos más capaces de hacerlo, va a ser irresistible para mucha gente. Ya hacemos pruebas de detección de enfermedades para evitar la transmisión de nuestros genes ‘malos’, pero esta misma tecnología nos permitirá detectar nuestros ‘mejores’ genes, los que realmente queremos transmitir. A medida que la detección se vuelva más barata, fácil y más confiable, y más gente use tecnologías de reproducción asistida, nos veo, como sociedad futura, deslizándonos por esa pendiente resbaladiza, cada uno tratando de hacer lo que es mejor para el niño que cada pareja espera".Siddhartha Mukherjee: "Es ciertamente un camino tentador, hacia una pendiente potencialmente aterradora. Pero eso solo funciona si se realiza la fertilización in vitro y se crea un grupo de embriones comprobables. Luego hay que hacer la biopsia a esos embriones, secuenciar sus genes, identificar las variantes genéticas que se quieran seleccionar, e implantarlas".George Church: "O podemos directamente pasar a la edición de genes. Si, por ejemplo, usted tiene un trastorno de paralelismo dominante, como la enfermedad de Huntington o el síndrome de Marfan, y quiere tener hijos, puede editar su esperma, cambiar ese ‘alelo’ para que todos los espermatozoides estén sanos y su descendencia esté bien; eliminar el alelo malo y reemplazarlo con ADN que ha sido diseñado y sintetizado en máquinas controladas por computadora. Y luego puede implantar una población pura. Esto se ha hecho en ratones. Es una gran oportunidad. Y están bien para toda la vida. En principio".
Jannot ¿Y por qué no se hace eso ahora?Church: "Hasta hace poco, no teníamos buenos métodos para hacer terapia de genes que pudiéramos aplicar a la edición de células madre: espermatozoides".Mukherjee: "Bueno, esa es una de las sorpresas, lo extraordinariamente fácil que resulta. Todavía hay desafíos técnicos, pero el protocolo es bastante simple y la fidelidad del sistema parece bastante notable".Church: "En este momento no hay nada que demuestre una edición exitosa de las células madre de los espermatozoides humanos. Pero si quieres editar el ADN de, digamos, cerdos, es muy fácil con Crispr, que es un conjunto de herramientas de edición. Se inyecta una pequeña cosa que cambia tan poco como un par de base de cada seis mil millones, en cada célula".Mukherjee: "Es como coger una gran enciclopedia y decir: ve al volumen 7, sección 8, página 240, párrafo 5, y cambia la palabra ‘esto’ por la palabra ‘aquello’".Mohr: "Y por usar la misma analogía, todo aquel que tiene la mala suerte de tener su edición de la enciclopedia impresa con “esto” se enferma de anemia falciforme, y todo aquel cuya edición tiene “eso” no la tiene".Mukherjee: "Una terapia aprobada es la prevista para el tratamiento de las enfermedades de la retina. No editando genes –cambiando los genes nativos en el genoma–, sino introduciendo nuevo material genético en las células humanas. Esto se debe a que la introducción de virus que transporta nuevo material genético al ojo es más fácil, porque el sistema inmunitario no parece estar tan activo en la retina, y el virus inyectado no se disemina por todo el cuerpo. Pero las terapias de edición de genes están en camino. Nuestra capacidad para sentirnos más cómodos con su uso vendrá de enfermedades en las que lo que está en juego es más grave; por ejemplo, una leucemia mieloide aguda, con una tasa de mortalidad extremadamente alta, y luego retrocederemos en nuestro camino hacia la tecnología reproductiva".Church: "Creo que es más probable que utilicemos la terapia genética en primer lugar en las enfermedades infantiles, sabiendo que muchas causan daños permanentes desde que el niño nace. Como la ceguera, por ejemplo, que necesita una corrección temprana. Luego están las enfermedades que no afectarán a las personas hasta muy avanzada la vida, pero que podrían ser tratadas con una terapia genética temprana, como el Alzheimer. Ya sabemos que los alelos que están altamente asociados con la enfermedad de Alzheimer son algo llamado APP, para la etapa temprana de Alzheimer, y la variante ApoE e4, para la etapa tardía. Podríamos cambiarlos en el espermatozoide por un alelo que ya existe en la población, un gen que ha sido ‘probado’ millones de veces en los millones de personas en las que se produce naturalmente".Egan: "Pero, me pregunto, ¿quién exactamente tendría acceso a esta tecnología? Incluso las tecnologías reproductivas básicas, como la F.V.I., son caras, y por lo tanto menos accesibles para las personas más pobres. Una consecuencia no intencionada, me parece, podría ser la generación de un pequeño número de elites genéticamente modificadas, extremadamente sanas, y una subclase grande, comparativamente enferma y genéticamente desafiada".Church: "Pero todas estas tecnologías son cada vez más baratas . Véase lo que pasó con el costo de secuenciar el genoma, que era de miles de millones cuando lo hicimos por primera vez y hoy cuesta unos pocos cientos de dólares. Creo que estas terapias terminarían siendo similares a medicinas preventivas, como las vacunas. Nuestros antepasados vivían con un miedo mortal a todas estas enfermedades, y nosotros damos por sentado que somos inmunes a ellas".Egan: "Me sorprende la enorme confianza con la que hablas de estas cosas, como si llegara a ser una cuestión de rutina, aunque todo suene tan especulativo. Me pregunto: ¿Qué pasa con el error del operador? Quiero decir, nada técnico funciona simple o perfectamente nunca. Sin embargo, muchas de las cosas que ahora damos por sentado, por ejemplo volar en avión, me habrían parecido igualmente arrogantes en las etapas de planificación. Y, por supuesto, es catastrófico cuando un avión se estrella, pero eso es una rareza extrema".Regina Barzilay: "Estamos trabajando con un sistema complejo que apenas comenzamos a entender hoy. Es bien sabido, a partir de la cría selectiva de animales domésticos, que la selección de un rasgo objetivo a menudo trae consigo muchos otros rasgos indeseables y a menudo inesperados. Si identificamos una solución genética a un problema, ¿cómo de probable es que el cambio de ‘esto’ a ‘aquello’, siguiendo la analogía, vaya a traer consigo efectos secundarios inesperados que no podemos controlar?"Church: "Bueno, en algunos de estos casos, cambias un gen por otro más saludable. Por lo tanto, la probabilidad de enfrentarse a consecuencias inesperadas parece bastante baja. Una vez que avancemos, a medida que tengamos más y más confianza, empezaremos a dar pasos cada vez mayores en esta dirección; entonces podríamos terminar con el riesgo de provocar consecuencias no deseadas".