Tag Heuer, una familia de alto rendimiento

Un rendimiento a prueba de cualquier reto. Es la idea que subyace en la creación del nuevo Aquaracer. Si hace un año, llegaba al mercado el Professional 300, ahora es el momento del nuevo Aquaracer Professional 200, donde se incide en la reformulación de la emblemática colección de relojes instrumento de TAG Heuer. Con 11 referencias, todas ellas en acero inoxidable, el Aquaracer Professional 200 ha sido sometido a las pruebas más rigurosas en La Chaux-de-Fonds para comprobar la precisión, estanqueidad y resistencia a la abrasión, así como para garantizar que la correa soporte tensiones accidentales. Además, este nuevo Aquaracer está equipado con algunas mejoras de ingeniería adicionales que se introdujeron el reloj Aquaracer Professional 300, aunque no resultan evidentes de forma inmediata. Por ejemplo, las mejoras en el bisel de doce facetas.

Esta nueva incorporación a la línea, se presenta en dos diámetros diferentes: 40 y 30 mm, que incluyen en su interior movimientos de carga automática o cuarzo. En la colección de 40 mm hay dos referencias automáticas y mismo número de cuarzo, mientras que en la de 30 mm hay dos opciones automáticas y otras cinco de cuarzo. Esto supone otra diferencia con respecto a su hermano mayor, que solamente está disponible con un movimiento mecánico automático. La elección del movimiento conlleva cambios en el diseño y la funcionalidad del reloj. Los modelos automáticos se distinguen por sus esferas con degradado fumé (ahumado), ventanillas de fecha, y segunderos revestidos con Super-Luminova y escalas de minutos más detalladas.

En la gama de 30 mm hay tres modelos de cuarzo con esferas de color plateado claro, azul claro o negro, todas con efecto ‘rayos de sol’; un modelo de cuarzo con una esfera de nácar blanco y pequeños diamantes; otro modelo de cuarzo que incorpora un bisel engastado con diamantes y la esfera de nácar blanco con diamantes en los índices; y, finalmente, dos relojes automáticos con esfera ahumada de color azul o negro y también dotada de minúsculos diamantes.

Todo un espectáculo que se completa en el reverso de la caja, que ha sido grabado con una brújula en lugar de la escafandra de buceo que caracterizaba a la caja de la colección Aquaracer (y sus predecesores) desde 2002. En segundo plano, estos modelos mantienen el patrón hexagonal grabado presente ya en el Aquaracer Professional 300. De lo que no hay duda es que en su conjunto, los nuevos Aquaracer han conseguido aquilatar una identidad propia con grandes dosis de personalidad, de diferenciación.