Tomelloso, el corazón mundial del alcohol vínico en plena Mancha
El municipio de Tomelloso ostenta desde mediados del siglo XX el liderazgo en la producción de alcohol vínico. Su historia vitivinícola, las grandes destilerías y un patrimonio singular lo convierten en un referente económico y turístico.
Tomelloso, en la provincia de Ciudad Real, es el mayor productor de alcohol vínico del mundo. Desde mediados del siglo XX ha mantenido esta posición gracias a la expansión de la vid y a la instalación de destilerías que aprovecharon la tradición agrícola de la zona. Firmas como Fundador, Osborne, Peinado o Altosa, junto a bodegas locales como Virgen de las Viñas, han convertido al municipio manchego en un enclave estratégico del sector.
El peso de esta industria se refleja todavía en la fisonomía de la localidad. Once chimeneas de destilería, algunas con más de 40 metros de altura, permanecen como símbolo del auge de la producción. Aunque hoy solo una continúa en funcionamiento, forman parte del paisaje urbano y de la memoria colectiva.
El desarrollo vitivinícola de Tomelloso se vio impulsado por la plaga de filoxera que afectó a los viñedos franceses en el siglo XIX. Mientras gran parte de Europa sufría graves pérdidas, las vides manchegas resistieron, lo que permitió a la zona ganar terreno en el mercado internacional. La sobreproducción y las dificultades logísticas de la época llevaron a apostar por la destilación como vía para facilitar el transporte y mejorar la rentabilidad.
Ese cambio consolidó a Tomelloso como epicentro de la producción de alcohol vínico a nivel global. Lo que comenzó como una actividad vecinal ligada al cultivo de cereales y vid evolucionó hacia un polo de atracción para empresas privadas del sector, que fijaron allí su centro neurálgico.
El legado de esa transformación no solo se observa en las chimeneas, sino también en las más de 40 kilómetros de cuevas subterráneas que recorren el municipio. En ellas, antaño, se producían y almacenaban vinos con capacidades que llegaban a los 600.000 litros. Hoy pueden visitarse, ofreciendo una inmersión en la historia y la cultura vitivinícola que han hecho de Tomelloso el mayor productor de alcohol vínico del planeta.
